¿Hacia una Europa sin valores?

El próximo mes de Mayo, los ciudadanos europeos tenemos una cita con las urnas para decidir la composición del Parlamento Europeo de los próximos 5 años. Que Europa está controlada por lobbies económicos, no es ninguna novedad, pero que estos lobbies cada vez tienen menos en cuenta la dignidad de los Europeos, si.

La Unión Europea ha dejado de ser en los últimos 15 años un proyecto de unidad ciudadana para convertirse en un proyecto de unidad económica, pasando las políticas económicas a dominar las decisiones que rigen el destino del futuro de los países de la Unión.

Renunciando expresamente a unos valores sociales, esta unión ha renunciado, de forma expresa (incluso excluyendo las raíces cristianas de Europa de su frustrada constitución), la acción política de los cuatro padres fundadores de la UE. Los cuatro eran católicos y dos de ellos están en proceso de beatificación (De Gasperi y Schuman). Tres de ellos eran democristianos (De Gasperi, Adenauer y Schuman) y el tercero sin adscripción partidista por ser diplomático (Monnet). Ellos pusieron en marcha un proyecto orientado al bien común y la justicia social, que, lamentablemente, no se parece en absoluto al proyecto que debemos votar en apenas 5 meses.

Europa es un proyecto fundado sobre los ideales católicos de justicia y bien común, promovido por los padres fundadores.

Esta «moderna» Unión Europea impone la ideología de genero, el aborto, los vientres de alquiler, el multiculturalismo… A una Unión Europea que ni ayuda ni protege a sus ciudadanos, sus familias, su natalidad…¿que futuro puede esperarle? Una Europa sin valores, a la que le preocupan los embriones solo si están cerca de un fumador, pero que no tiene compasión si tiene que aniquilaros en pos del supuesto derecho a decidir de la mujer; una Europa mas preocupada por la expansión del juego y las apuestas, que mira hacia otro lado en materia de pornografía y el acceso de los menores a ella, mientras que se rasga las vestiduras, con políticas mas que ineficaces, ante la violencia sobre las mujeres, las «manadas» o los refugiados, a la vez que silencia mediaticamente los cientos de delitos sexuales cometidos por inmigrantes islamistas radicales es en toda Europa.

Los Cristianos estamos ante una gran oportunidad, quizás una de las últimas antes de que el laicismo radical impida la defensa pública de nuestros valores, de volver a situar los valores sociales en el primer lugar de los ámbitos de decisión de la Unión Europea. Para ello debemos quitarnos los complejos y apostar por opciones políticas que defiendan, ante todo, los valores y principios del humanismo cristiano como base de sus programas políticos y de acción. Ninguno de los partidos mayoritarios defiende ya nuestros valores y nuestra cultura, basta ya de auto-engañarnos. Ya es hora de que los Cristianos salgamos del engaño de pensar que la política no tiene nada que ver con nuestra fé ni con nuestra forma de vida y volvamos a apostar por opciones que, aunque puedan parecer minoritarias, nunca dejarán de serlo si nos limitamos a buscar nuestra seguridad, votando al mal menor. Es hora de arriesgar por un futuro mejor, por un futuro con valores. Es hora de apostar, de nuevo, por una Europa que no rechaza ni apostata de los valores cristianos y la cultura que nos une, y que han hecho posible llegar hasta aquí, antes de que sea demasiado tarde.

El Equipo de Cristianos en Democracia.

2 comentarios en «¿Hacia una Europa sin valores?»

  1. No estoy de acuerdo con el diagnóstico de la unión europea, comenzó como un mercado común y ahora está al servicio del nuevo orden mundial y la masonería aplicando en sus países una perversa y diabólica ingeniería social en contra de la vida, la familia y el cristianismo.

    1. Gracias por su aportación Mario. Parece que coincidimos en que Europa ha abandonado sus postulados fundacionales. Es cierto que comenzó como un mercado común, pero siempre con la base de los padres fundadores de mejorar la justicia y el bien común de sus ciudadanos gracias a ese mercado común y no, lamentablemente, como lo que ha terminado convirtiéndose. De cualquier forma, gracias por su interés y aportación!

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