El castigo a la memoria de San Fray Junípero Serra: La hipocresía de echar la propia culpa a quien no puede defenderse.

Resulta bastante ridículo e hipócrita el modo en que las figuras de san Fray Junípero Serra, Cristóbal Colón e incluso Miguel de Cervantes han sido denigradas públicamente a través de la vandalización de sus estatuas en EE.UU. A estas figuras se ha aplicado el clásico castigo “damnatio memoriae”, castigo que data al menos de tiempos de los faraones de Egipto o del imperio romano y que consiste en la destrucción de la memoria de la persona que se pretende castigar, la supresión de todos sus símbolos, u obras, y en algunos casos, la profanación de su cadáver. Este castigo fue muy aplicado por los gobiernos progresistas del periodo contemporáneo, desde los jacobinos de la revolución francesa, hasta los bolcheviques comunistas en la unión soviética o los partidos de izquierda de España a principios de siglo XX.

Masacre de indios Lakota en Wounden knee en 1890 por el ejército de EE.UU.


Sin embargo, es ridículo que en Estados Unidos, y precisamente en el estado de California, se use dicho castigo a modo de chivo expiatorio sobre las figuras españolas que naturalmente no pueden defenderse, y al mismo tiempo se ignore deliberadamente la gran abundancia de matanzas cometidas por el ejército de los Estados Unidos en este territorio, así como el tremendo colapso demográfico de los indios de California, a causa de la difusión de enfermedades contagiosas para las que la población de nativos no estaban inmunizados, y que en casos concretos habían sido provocadas según parece. A este respecto caben destacar entre otras muchas, las conocidas matanzas de indios del séptimo de caballería en Wounden Knee en 1890, la del general Custer en 1868 sobre la población Cheyenne, la del río Colorado en 1832 por el general Atkinson, la del río sacramento en 1846 o la del río Pit en 1859 sobre los indios achomawil.


Gran impacto de la expansión de EEUU. en la supervivencia de los indios de California.


El castigo de la memoria de san Fray junípero Serra, además de ridículo es una gran hipocresía, ya que fue precisamente en el siglo XIX, y a manos del ejército de EE.UU. cuando se produjo la mayor mortalidad entre los nativos americanos de California. El gráfico que se presenta a continuación muestra una estimación de la población indígena de California elaborada por el investigador estadounidense Cool, S. (1976), y en dicho gráfico se observa una clara tendencia decreciente, especialmente desde el segundo tercio del siglo XIX, que se acentúa a finales del siglo XIX coincidiendo con la expansión de EE.UU. sobre la región. Ello evidencia que el impacto de Colon y especialmente el de las misiones de California en la mortalidad de los nativos fue mucho menor que el que tuvo la civilización estadounidense.

Estimación de los nativos en California. Handbook of the Indians of California (1925) (Cook 1978)


Contribución de san Fray junípero Serra a los nativos de california y al desarrollo de california.


Pero el ejercicio de destrucción de la memoria además de hipócrita por parte de la progrez de EE. UU. y la de otras naciones, es muy probablemente falso, como ocurre con casi todas las verdades universales del movimiento progre: No existe ninguna evidencia empírica de que Fray Junipero Serra ordenara o participara en el asesinato de indígenas, ni tampoco de que los sometiera a ningún campo de trabajo forzado, ni de que realizara ningún tipo de abuso sobre la población indígena. Mas al contrario, además de dar a los indígenas una esperanza nueva y desconocida en su vida a través del conocimiento de Cristo, contribuyó a la mejora de la calidad de vida de muchos indígenas, y la de la región en general a través de las misiones. En este sentido, es conveniente recordar que el sistema de caza y recolección que era la actividad económica predominantemente en la región de California antes de las misiones de Fray junípero Serra, era un estilo de vida extremadamente precario. En muchos aspectos y estaba muy lejos de ser un paraíso de paz y armonía que muchos críticos con Fray Junípero tratan de hacer ver. Por ejemplo, la esperanza de vida de los cazadores recolectores es bajísima, ya que oscila entre 21 y 37 años, donde el 70% moría por enfermedades que se podían prevenir, un 20% por accidentes o violencia y un 10% debido a enfermedades degenerativas. La supervivencia de una persona anciana como en las sociedades occidentales era prácticamente imposible en aquel tipo de sociedades. Fray Junípero introdujo a muchos nativos en el conocimiento de la agricultura que generaba muchos más excedentes que la caza y recolección, dependían menos del azar de la naturaleza e implicaba lógicamente una mejor calidad de vida para los indios.

Además de todo ello es conocido que intercedió por los indios ante los intentos de abuso de los soldados destacados en la zona, y contribuyó a introducir la vid en el estado de California, por lo que sentó las bases de uno de los principales productores de vino del mundo, motivo por el que tiene una estatua en el Capitolio de EE.UU.


El absurdo y necesariamente ignorante apoyo de grupos progres de España a castigo a la memoria de San Fray junípero Serra


Aunque desde la perspectiva política es entendible que las élites progres de Estados Unidos prefieran culpar a unos españoles que no se pueden defender, antes que a sus propios antepasados, trasladar su propia culpa a figuras históricas españolas, no deja de ser una enorme hipocresía indigna de un país que dice defender los derechos humanos, y que ha sido ejemplo para otros países en muchos aspectos.


No obstante, cabe destacar que el aspecto más necio en castigo a la memoria del mallorquín San Fray Junipero Serra que consiste en que los propios compatriotas españoles del santo, especialmente miembros de PODEMOS, compren la falaz acusación y contribuyan a destruir la memoria de su propio paisano. Todo ello resulta absurdo y necesariamente ignorante, ya que precisamente Fray Junípero es uno de los hombres que debería ser más admirado por sus paisanos, por haber realizado el esfuerzo de recorrer miles de kilómetros, lejos de su tierra natal para entregar su vida a la evangelización de las comunidades indígenas, y mejorar la calidad de vida de una región distante. Su empresa era una que no era nada segura y en la que su propia muerte no era en absoluto descartable. Una actitud que en ningún caso puede ser considerada egoísta, y que por arriesgada, está muy distante de ser una actitud acomodada.


En definitiva, toda esta historia evoca el versículo del libro del Eclesiastés 8,14: “Hay una cosa vana que acontece sobre la tierra; a algunos justos le sucede lo que corresponde a la manera de obrar de los malvados, y a algunos malvados les sucede lo que corresponde a la manera de obrar de los justos. Yo digo que también esto es vanidad.”

The Population of the California Indians, 1769-1970. 1976. University of California Press, Berkeley.
 Guenevere, Michael; Kaplan, Hillard (2007). «Longevity amongst Hunter-gatherers»(PDF). Population and Development Review. 33 (2): 326. doi:10.1111/j.1728-4457.2007.00171.x.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *