Analizamos las 10 razones más importantes de las 39 que ayer El Español publicaba en una publicación acerca de la legitimidad de la crítica a un Gobierno en momentos de crisis. Está claro que ninguno de ellos ha estado a la altura de las circunstancias y hasta hace bien poco andaban todos más preocupados de los réditos electorales de sus batallas ideológicas que de la salud y la seguridad de los Españoles.
1.- Porque cuando se defiende la idea de que es indecente criticar al Gobierno en tiempo de crisis lo que se está diciendo en realidad es que es indecente criticar al Gobierno en tiempo de crisis aunque las medidas del Gobierno estén agravando la crisis. La circunstancias no deben nunca limitar la capacidad de crítica de los ciudadanos.
2.- Porque ningún ciudadano libre debería aceptar órdenes de quienes consideran que lo decente es defender al Gobierno aunque su actuación sea indefendible. Una cosa es acatar y colaborar y otra defender lo indefendible.
3. Porque prohibir las críticas al Gobierno, pero permitir al mismo tiempo las alabanzas al Gobierno es, en el mejor de los casos, hipócrita. Si el objetivo es no entorpecer la labor del Gobierno, que no entorpezca nadie: ni con críticas ni con halagos.
4. Porque España es líder mundial en infecciones y muertes por Covid-19 y ni el Gobierno ni los partidos de la oposición llevaron a cabo análisis mínimamente serios antes del 10 de Marzo. Si eso no es motivo suficiente para la crítica al Gobierno y a nuestros políticos, ¿entonces qué lo es?
5. Porque somos una democracia (o al menos eso dice la Constitución que queremos ser). Una cosa es la obediencia y otra muy diferente, a estas alturas, la sumisión a unas ideas políticas.
6. Porque los que hoy piden silencio frente al Gobierno chillaron con fuerza contra el Gobierno en situaciones bastante mejor gestionadas que la epidemia de Covid-19 y clamaban por dimisiones hace apenas 10 años cuando, en la crisis del ébola, se sacrificó a un perro por ser posible portador de un virus mortal.
7. Porque hasta ahora son las críticas las que han hecho tomar conciencia del problema no solo al Gobierno, sino al resto de partidos y medios de comunicación, y los han hecho reaccionar. Si las críticas sirven para que alguien en el Consejo de Ministros rectifique y se salve la vida, o el trabajo, o la empresa, o los ahorros de un solo ciudadano es motivo suficiente, no sólo para tolerarlas, sino para incentivarlas.
8. Porque el veto a las críticas contra el Gobierno o los partidos políticos no pretende salvar vidas sino salvar al Gobierno y a la ineptocracia en la que nuestro sistema político y todos los partidos se ha instaurado.
9. Porque nadie ha muerto por una crítica al Gobierno, pero sí han muerto 12.000 españoles por Covid-19 y, desgraciadamente, quedan otros tantos seguramente antes de que finalice el periodo de confinamiento.
10. Porque todos estaban más pendientes del rédito político que las ideologías le facilitaran a primeros de Marzo que de la salud de los Españoles. Sin duda, no son de fiar aquellos para los que, su estatus político es más importante que el Bien Común.
Entonces, ¿Que nos queda? Pues nos queda por delante una importante misión: Conseguir que la partitocracia e ineptocracia que gestiona España cambie. Luchas para que en los partidos políticos se promuevan de nuevo el mérito y la capacidad frente a aquellos que su mayor mérito fué ingresar a las juventudes del partido desde su más tierna infancia. Nos queda exigir a nuestros partidos que pongan al frente de las diferentes áreas a personas con experiencia en las áreas para las que son designados, y no solo experiencia en designar a gente y ascender en el partido. Nos queda intentar cambiar las leyes para impedir que los puestos sean ocupados por personas que no tienen una cualificación mínima para ello, empezando, por supuesto, por la Presidencia del Gobierno, pero llegando hasta el último cargo sostenido con fondos públicos.