¿Por qué la unidad de España es un bien moral y debe ser preservada?.

La unidad de España es un bien moral según el cardenal Santiago Cañizares, pero cabe preguntarse ¿por qué?. En una entrevista reciente el cardenal justifica que la unidad de España se inició en el tercer concilio de Toledo durante el reinado Visigodo, y citando una homilía de Benedicto XVI “en aquel concilio se fraguó la unidad de espíritu”.

Fuente: Wikipedia

Ventajas de los países grandes y pequeños


Sin embargo, bajo mi punto de vista, a estas razones caben añadir otras de tipo económico y político que tienen que ver con las ventajas que confiere el tamaño a las naciones: los países grandes suelen prosperar más que los pequeños y sobreviven mejor con el paso del tiempo.
Entre las ventajas cabe destacar que en los países grandes se producen economías de escala, se alternan las regiones en crisis con las regiones prosperas, por lo que el país siempre tendrá alguna región pujante. Igualmente, son más eficaces para financiar la investigación y el desarrollo, y son mucho más eficaces en lo que se refiere a logística o defensa. Es obvio que es más eficaz el presupuesto de EE.UU. en defensa que 27 minúsculos presupuestos de defensa de la UE. Por último , tienen mayor capacidad de negociación comercial, y sufren mucho menos la imposición de aranceles de otros países. No hay más que ver la eficacia con la que China usa el acceso a su mercado para negociar ventajas comerciales, o el respeto con el que Reino Unido trata a la UE para tener acceso al mercado único.


Por el contrario, los países pequeños suelen ser más abiertos al comercio internacional, suelen ser más agiles ante los cambios económicos y tecnológicos y suelen atraer una mayor inversión internacional per cápita, aunque naturalmente, no todos los países pequeños tienen estas características. Pero sobre todo dependen de una cosa: la buena voluntad de los países grandes, la cual no tiene por que producirse indefinidamente. Estos tiempos son buenos para los países pequeños, sin embargo, no tiene por qué ser siempre así.

Evolución histórica de los países pequeños

A este respecto, si se analiza la historia, son muy pocos los países pequeños que han sobrevivido grandes periodos de tiempo, de hecho, en Europa no hay ningún país pequeño que no hubiese pertenecido a otro grande en un periodo relativamente amplio. Ninguno de los múltiples pueblos de oriente medio de la antiguedad ha sobrevivido a los diversos imperios que han pasado por ellos. Algo parecido se puede observar en Europa cuya política continental ha sido dirigida por seis países en los últimos mil años: Bizancio, Francia, Sacro imperio Germánico Romano (esencialmente Alemania), Inglaterra, España y Rusia. Todo ello se explica por el hecho de que en tiempos de guerra los que deciden las batallas y el reparto del botín de guerra son los países grandes y no los pequeños.

La conclusión de todo ello es que ser un país pequeño puede ser rentable a corto plazo, pero a largo plazo terminara siendo una desventaja, y dada observación histórica, lo más probable es que termine desapareciendo siendo absorbido por un país grande o transformado en otro país pequeño.

El proyecto de creación de países pequeños a partir España


De este modo, la existencia de los regionalismos y nacionalismos en España es un evidente despropósito, ya que aunque fueran modelos que funcionaran en el corto plazo, en el largo plazo se desintegrarían, perjudicándose así mismos en primer lugar, y al resto de las regiones a las que han disminuido con su escisión, en segundo.


A este respecto, el decidido esfuerzo y pasión de no pocos políticos Catalanes, Vascos y Gallegos es un verdadero despropósito y una traición a las futuras generaciones de Catalanes, Vascos y Gallegos en las que no están pensando en absoluto. Pero más decepcionante es aún ceder a este despropósito a cambio de un bien temporal personal como un despacho en la Moncloa.


Así pues, la unidad de España es un bien moral porque permite el bienestar y la defensa de los intereses comunes de los ciudadanos españoles de un modo mucho más eficaz que si estuviéramos separados en regiones. Por el contrario, la separación solamente puede beneficiar a un colectivo a los nuevos gobernantes de las provincias escindidas que tendrán despacho y coche oficial y honores de estado. Por lo que, cabe concluir que casi siempre la escisión de un territorio representa la preeminencia del interés de unos pocos sobre el interés general, lo que es profundamente inmoral.

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