La inmensa mentira y manipulación de la revolución francesa: La prisión de la Bastilla

Un rasgo esencial de la corriente política de izquierdas, concebida durante la revolución francesa, consiste en la manipulación sistemática y eficaz de la historia y de los medios de comunicación. Esto es algo que se puede observar en todos los periodos históricos y casi en todos los países occidentales desde la revolución francesa e incluso tal vez la reforma protestante. Una de las manipulaciones más aberrantes y una de la mentiras más extendidas y usadas es la de la prisión de la Bastilla de París.


La Bastilla fue una fortaleza construida durante el siglo XV con objetivos defensivos dentro del contexto de la guerra de los cien años. Adquirió fama de centro de reclusión preventivo, (esto es sin juicio previo), dirigido a aristócratas, ministros caídos, conspiradores o protestantes durante la monarquía absoluta de Luis XIV. Sin embargo, durante el reinado de su bisnieto Luis XVI, unos 75 años después, la prisión había dejado de ser un edificio de detención preventiva para convertirse en una cárcel bastante laxa destinada principalmente a aristócratas, algunos críticos destacados contra la monarquía o nobleza y algunos depravados sexuales como por ejemplo el Marqués de Sade. Estas celdas eran comparativamente más cómodas que muchas otras del continente europeo como ha reconocido el escritor Simon Schama (2019). Por ejemplo el Marqués de Sade conocido inquilino pudo llevarse a su celda un escritorio, un guardarropa, un juego completo de camisas, calzones de seda, chaquetas de frac, batas, varios zapatos, cuadros familiares, tapices, almohadas, colchones, lámparas de aceite, perfumes, una colección de sombreros y 133 volúmenes de libros.
Sin embargo, algunos conocidos escritores que también fueron inquilinos de la prisión exageraron notablemente las condiciones de esta prisión, relato que fue ampliado y más tergiversado aún por otros grupos de difusión. De modo que se crearon y difundieron invenciones como que se enterraba gente viva en la prisión, que era un lugar de torturas o confinamiento de por vida en húmedas mazmorras. Tal fue la mala fama que adquirió el inmueble que el propio Rey Luis XVI decidió demoler el edificio y urbanizar el solar para crear un nuevo ensanche de la ciudad de París. Sin embargo, el inicio de la revolución se lo impidió. Y de hecho, tras la rendición del alcaide de la prisión, a las pocas horas de haberse iniciado el asedio a la prisión, los revolucionarios no pudieron encontrar ninguna evidencia ni de enterramientos vivos, ni una multitud de prisioneros ni tampoco instrumentos de tortura. ¿Qué hacer?, ¿Dirían la verdad al pueblo que “liberaban de una terrible institución penitenciaria”?, En absoluto.
De modo que los líderes de la revolución consideraron que era necesario justificar la ira del pueblo contra el mito de la prisión, y para este fin activaron la maquinaria de prensa revolucionaria y añadieron calumnia sobre calumnia haciendo pasar una antigua imprenta por instrumento de tortura, describiendo la prisión como un lugar de tortura esclavitud y horror, con instrumentos de tortura, mazmorras subterráneas imaginarias y cuevas inexistentes en las que los prisioneros se pudrían desde hace más de 50 años. El alcaide fue ejecutado como el “déspota” que era y “corresponsable” de todo aquello.
Así pues la tétrica prisión de la Bastilla destruida por los heroicos revolucionarios, es una de las múltiples mentiras que llegan hasta nuestros días sobre el periodo prerrevolucionario de Francia, y que tiene un único objetivo, manipular a la población favoreciendo la asociación del régimen anterior con la tortura y la injustica, para justificar la revolución. Por otra parte, un régimen como la revolución que ha necesitado calumniar sobre la prisión para justificarse, que muy probablemente mintió sobre la gestión del Rey y desde luego algunas afirmaciones de la Reina para justificar su asesinato, y que ha necesitado asesinar a 10.000 personas durante el reino del terror y cometer un genocidio en la Vendée asesinando a cerca de 130.000 militares y civiles, no parece un gobierno honesto,+ ni desde luego asociado a la virtud o el bien. Como dijo Jesucristo sobre los fariseos: “Cuidado con los falsos profetas; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis”.

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