En las últimas semanas resulta cada vez más evidente que el gobierno está tomando una peligrosa y tenebrosa deriva social-comunista. El gobierno ha soltado una serie de globos sonda contra la libertad de información y contra la propia oposición, que son más propios de regímenes comunistas que de una democracia parlamentaria como la de un país europeo como España.
La insinuación del CIS de cerrar medios privados que publiquen «bulos», la existencia de «ministerios de la verdad» como Newtral o Maldita con la capacidad exclusiva de discernir lo que es verdad de lo que no, o las recientes declaraciones de Pablo Iglesias en las que afirmó que había que echar a la «ultraderecha mediática y política» de España, son acciones y sugerencias muy desconocidas en España desde hacía mucho tiempo.
Algunas características liberticidas de los regímenes comunistas
Es muy propio de regímenes comunistas establecer un centro que discrimina lo que es verdad de lo que no y que exista un único medio oficial de información, naturalmente al servicio del gobierno. El ejemplo más claro fue el diario oficial “Pravda” de la Unión Soviética, donde no hubo absolutamente ninguna alusión a los millones de personas que torturaban y enviaban a siberia, y cuando salió algo a la luz en occidente fue calificado como «bulos».
Pero dos características más son frecuentes en el comunismo: la aniquilación de la oposición política y mediática y la hipocresía, dos aspectos especialmente contrarios al cristianismo.
Es bueno que exista una prensa que lleve la contraria al poder y que sea libre para criticar lo que cree que está mal, aunque esté equivocada. En la Biblia se encuentran multitud de ejemplos de reyes sabios como David que aceptaron críticos a su gobierno aún teniendo la completa potestad de fulminarlos. No aceptar la crítica es un claro símbolo de soberbia, ya que alguien que no puede ser criticado o que le molesta eso, es evidentemente un soberbio, y una persona que no acepta que pueda estar equivocado acaba cayendo en el abismo y arrastra con él a los demás. Precisamente esa ha sido la misión tradicional de la iglesia, ser un contrapeso al poder político y denunciarlo cuando era menester.
Sin embargo, los regímenes comunistas «no se equivocan», y por lo tanto, la oposición les sobra, justo como le ocurre a Pablo Iglesias.
Pero lo que más caracteriza a los jerarcas de los regímenes comunistas es la hipocresía, ya que suelen hacer exactamente lo contrario de lo que aconsejan a los demás. Mientras ellos viven rodeados de lujos «se compadecen y lloran por los pobres proletarios», obligan a los demás a ser atendidos en centros de salud públicos aunque sean de peor calidad, pero ellos podrán acudir a los mejores especialistas privados. Exigen a los ricos que compartan sus beneficios con los menos pudientes aunque hayan trabajado para conseguirlo y los segundos no, pero ellos no están dispuestos a dar ni la limosna más ridícula de su abundante asignación. En definitiva como dijo Orwell en los países comunistas la mentira es verdad y la verdad mentira. Ciertamente la hipocresía es una de las cosas que más escandalizaban a Jesús y así lo denunció.
Cabe pensar que la única razón por la que el socialista Pedro Sánchez ha escogido a los socios de gobierno que le conducen a España a esta indeseable situación es su insaciable ambición de seguir siendo presidente a cualquier precio. Pero sacrificar la libertad de España por ese motivo sería una verdadera traición a us compatriotas. Estas prácticas liberticidas no sin aceptables en un país como España, que es un país que ha luchado mucho por su libertad. Por todo ello desde Cristianos en democracia pedimos la dimisión de Pero Sánchez y la convocatoria de elecciones cuanto antes.