La libertad de culto, en serio peligro.

La condescendencia de los cristianos de todo el planeta con las restrictivas medidas impuestas para el control de la pandemia puede tener un coste muy elevado. Y es que Alemania ha impuesto un peligroso precedente que, esperemos, no sigan en el resto de países de Europa y del mundo, para no vernos obligados a tener que dirimirlos en la «desobediencia civil».

Desde el inicio nos ha resultado muy llamativo como por ejemplo, en España, pese a que el Real Decreto del Estado de Alarma no prohibía las celebraciones litúrgicas, sino que simplemente imponía las lógicas medidas de distanciamiento social, también en las mismas, Obispos y Pastores hayan renunciado a sus cultos, cerrando a cal y canto Catedrales, Iglesias y lugares de culto.

Si alguien pensaba que ese signo de sometimiento adicional a las normas civiles conllevaría algún premio «extra» a la hora de la vuelta a la normalidad, esta noticia de INFOCATÓLICA nos hace pensar lo peor, pese a que el texto normativo recogía explicitamente que:

Artículo 11 Medidas de contención en relación con los lugares de culto y con las ceremonias civiles y religiosas: La asistencia a los lugares de culto y a las ceremonias civiles y religiosas, incluidas las fúnebres, se condicionan a la adopción de medidas organizativas consistentes en evitar aglomeraciones de personas, en función de las dimensiones y características de los lugares, de tal manera que se garantice a los asistentes la posibilidad de respetar la distancia entre ellos de, al menos, un metro.

Tras conversar con los dirigentes de los gobiernos regionales de Alemania, Merkel dijo que la prohibición de los servicios públicos en las iglesias se mantiene hasta nuevo aviso, aunque ha permitido que miles de tiendas se reabran.

También anunció que una Secretaria de estado del Ministerio del interior hablará con las comunidades religiosas sobre el futuro de los servicios públicos. Los líderes católicos y protestantes se reunirán con los funcionarios del gobierno en el día de hoy, 17 de abril, y ya han dicho que propondrán formas de practicar la religión y proteger a los fieles de la pandemia.

Mons. Georg Batzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, dijo que no puede entender por qué la prohibición debía permanecer vigente mientras se levantan las restricciones en otras áres de la vida pública, sobre todo tras la reciente decisión del Tribunal Constitucional Federal sobre el asunto. El tribunal dictaminó que la prohibición constituía una grave violación del derecho fundamental a la libertad religiosa y, por lo tanto, debería revisarse continuamente.

Mons. Batzing agregó que la Pascua ha demostrado que los servicios de la iglesia dan orientación y apoyo a millones de personas en las difíciles circunstancias causadas por la crisis del coronavirus. Y dijo que la prohibición era un impedimento importante para la libertad de la práctica religiosa.

Además, declaró al periódico Die Welt que podía hablar por la Iglesia Católica al afirmar que sería capaz de cumplir con los estándares de higiene y las reglas de distanciamiento social en las iglesias.

Merkel «reconoció expresamente que las iglesias habían encontrado muchas formas de celebrar los servicios religiosos durante la última celebración de Pascua sin reunirse en las iglesias y, por lo tanto, aumentar el riesgo de infección», dijo el obispo regional de Baviera. «Estamos agradecidos por esto».

Dijo que confiaba en que las discusiones con el gobierno federal «muy pronto conducirán a un consenso que hará posible nuevamente formas responsables de culto en nuestras iglesias».

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