¿Dar la vida por el prójimo? Más de 30 Sacerdotes fallecidos, pero ningún sanitario (que sepamos).

Se habla mucho de la heroicidad de los médicos y sanitarios que están al pié del cañon luchando contra la pandemia del coronavirus. Y está muy bien que se hable del encomiable esfuerzo que están realizando para contener los efectos e intentar salvar el máximo de vidas posibles.

Pero hoy, desde nuestra publicación, queremos ensalzar a los otros «heroes» y «heroinas» de la crisis del coronavirus. ¿Quien gestiona la mayoría de los centros geriátricos que hay en España? Por supuesto, organizaciones religiosas en cuyo carisma está la atención al enfermo, al débil, al solitario, al anciano. Miles de monjas que son las primeras que, cada día, exponen su vida para seguir cuidando y acompañando a los millones de usuarios de residencias de ancianos en España.

¿Quien visita a diario a los enfermos y moribundos para acompañarlos en una buena muerte, sin angustias ni miedos, llevándoles el amor y la misericordia de Dios para que les guíe en forma de consuelo en el tránsito de la partida de este mundo? Los sacerdotes.

Y a las cifras oficiales nos atenemos. Mientras que, por más que hemos buscado, no hemos sido capaces de encontrar cifras públicas sobre médicos o enfermeras que hayan fallecido como consecuencia de haberse expuesto al Coronavirus, suman ya más de 30 los datos oficiales de Sacerdotes fallecidos. Son personas que, al igual que los sanitarios, han antepuesto su vocación a su seguridad vital y que han acabado pagando con su vida la decisión de no abandonar a su suerte a enfermos y moribundos en estos días, o de no dejar a sus feligresías sin el alimento que nunca perece, los sacramentos. No, no queremos que mueran más sanitarios que sacerdotes, simplemente poner en su justo valor y reconocer a aquellos a los que los medios de comunicación no darán nunca voz ni testimonio.

Por eso, hoy iniciaremos una campaña de oración para que Dios sostenga a todos los que luchan contra esta pandemia, y muy especialmente, por los Sacerdotes, Monjas, Religiosos y Laicos que atienden a ancianos, enfermos y moribundos y, a su debido momento, reciban el ciento por uno de aquel que nunca falla en sus promesas eternas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *