Si en Historia las cosas son lo que son, para los políticos corruptos las cosas dejan de ser lo que son, las recrean para convertirlas en coartadas y las justificaciones de sus fechorías, con el único objetivo de mantenerse en el poder. Y esto es lo que está sucediendo con la figura del que fuera presidente de la Generalidad de Cataluña, Luis Companys… Porque una cosa es lo que dice la historia y otra muy diferente la imagen que de él difunden los políticos separatistas catalanes y sus aliados socialistas y comunistas de Podemos.
Pase que los separatistas catalanes y sus aliados se adentren en el laberinto enloquecedor de la historia manipulada, pero que los demás les secundemos… Eso algunos no lo vamos a hacer ni por todas las amenazas de multas y de cárcel con las que nos quiere hacer callar la liberticida Comisión de la Verdad, que no se sabe si es más estalinista que maoísta, y que descalifica como demócratas a quienes la están promoviendo para que se convierta en ley.
Levantan a Luis Companys sobre un pedestal racista. Porque, naturalmente, en la versión de la historia politizada, Luis Companys es bueno, pero que muy bueno. ¿Y por qué fue tan requetebueno Luis Companys, si no desfizo entuertos como don Quijote? Pues era tan bueno, tan bueno, que ni falta que le hacía desfacer entuertos para demostrar su bondad, ya que ni las virtudes le ascendían ni los defectos le rebajaban, por cuanto toda su excelencia derivaba exclusivamente de que era catalán. Y por eso, la versión nacionalista le descalza, cuando va al encuentro del pelotón de fusilamiento, para morir pisando directamente la tierra catalana.
El 24 de julio de 1936, mediante un decreto presidencial, creó el Comité Central de Milicias Antifascistas de Cataluña, que asesinó a millares de catalanes. Los cálculos varían de 8.000 a 9.000 asesinatos, entre cuyas victimas había un buen número de periodistas, que trabajaban en medios tan diversos como El Correo, Avui, Terra Ferma, El Matí, Diario de Lérida, La Cruz, Agencia Fabra, El Semanario Católico, El Correo de Lérida, Diario de Comercio de Barcelona, El Correo de Tortosa, el Correo Catalán o el Semanario Católico. Pero el mayor número de las víctimas de las que es responsable Luis Companys, fueron perseguidos y asesinados por ser católicos.
En este genial artículo de HISPANIDAD, tienes todas las cifras de la vergüenza que los artífices de la memoria histórica pretenden blanquear.