Movilización para evitar mayor confusión entre los católicos.

(EL MUNDO) Ante la visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al Papa Francisco este sábado en el Vaticano, una audiencia que el líder socialista empleó durante el debate de la moción de censura como as en la manga para arremeter contra el PP y Vox, cien personalidades del ámbito católico y una treintena de entidades han remitido un escrito al Sumo Pontífice en el que manifiestan «su preocupación» por algunas leyes del Gobierno español que, a su juicio, son «profundamente divisas» en la sociedad española. Concretamente señalan a las de Eutanasia y Educación, así como al proyecto de ley sobre el Aborto, que «chocan frontalmente con la concepción cristiana y el magisterio de la Iglesia».

El escrito expresa su temor a que «el dominio de los medios de comunicación que posee el Gobierno» de Sánchez, quien ha definido a Francisco como una «persona inspiradora», distorsione tanto la realidad política de España, como el resultado de la audiencia del líder socialista en el palacio apostólico del Vaticano, la primera que mantiene con el Papa Francisco, a quien tiene pensado invitar a que visite España una vez se supere la pandemia del coronavirus.

El manifiesto expresa, asimismo, el temor de que el Gobierno haga una «presentación unilateral de los resultados de la audiencia en unos términos que, por no responder a la realidad, pudieran provocar confusión en el conjunto de los ciudadanos y, en especial entre los católicos». Por lo que piden que sea también «la voz de la Iglesia» y no sólo el Ejecutivo que preside Sánchez la que informe de los pormenores de este encuentro una vez se haya celebrado.

Entre las personalidades y asociaciones que suscriben la misiva dirigida al Papa están el catedrático de Filosofía en Universidad Rey Juan Carlos, Ignacio Sánchez Cámara, el exministro del Interior Jaime Mayor Oreja, el director del Instituto de Ciencias de la Vida (UCV), la ex líder del PP vasco María San Gil, así como la Federación Europea One of Us España y la Fundación Villacisneros.

Esta reacción de urgencia se enmarca en el clima de inquietud que ha creado en la Iglesia española la repentina audiencia de Sánchez con el Papa. Al producirse en un momento de extrema frialdad de la cúpula eclesial española con el Gobierno, por sus discrepancias respecto a la escuela concertada, la exigencia del pago del IBI e incluso por la interpretación de la ley de memoria Histórica…

Si bien el actual presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, es uno de los hombres de confianza de Francisco en España, preocupa que Sánchez utilice el encuentro como una suerte de bendición papal a sus políticas. En este sentido, no ha gustado la apropiación que ha hecho el Ejecutivo de la última encíclica de Francisco, Tutti Fratelli para atacar posiciones conservadoras. Al conocerse, Sánchez, la vicepresidenta Carmen Calvo y varios miembros de Podemos la celebraron públicamente, en su intento de utilizar al Papa Francisco como un nuevo icono progresista para ahondar en la división social y política.

«Comparto con el Papa el llamamiento a construir un mundo más justo y solidario. Francisco analiza la crisis que vivimos desde una visión radicalmente social. Gracias por alzar su voz en defensa de los más vulnerables y clamar contra los efectos del neoliberalismo y el populismo», escribió el presidente el 5 de octubre en su cuenta de Twitter.

La última visita de un presidente del Gobierno de España al Vaticano se produjo el 15 de abril de 2013 con Mariano Rajoy y su esposa, Elvira Fernández. El líder popular fue el primer presidente europeo en visitar al Papa Francisco.

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