Abusadores de menores en los Colegios (y son docentes)…

Mucho se habla de los abusos sexuales en el seno de la Iglesia en España, y muy poco del resto de abuso de menores en todo nuestro país. No hablamos sólo de abuso sexual (que también es mucho más amplio el número de casos entre docentes y clubes deportivos que entre el clero), también del abuso de menores.

Como ya hemos comentado en otras publicaciones, por abuso de menores se establece como «cualquier acción intencionalmente dañina, física, psicológica o sexual, llevada a cabo contra un menor de 18 años por un adulto u otro niño».

No importa lo que diga una o 10 ministras, el lobby gay, la ideología de género, la ONU con su Agenda 2030 o quienes quieran buscar poco a poco una pendiente resbaladiza de razonamientos a través del que legalizar la pedofilia, como hemos visto ya en algún parlamento europeo, como en el francés.

No es docencia, es abuso de menores.

Lo que está pasando en España con la docencia debe llamarse por su nombre: Abuso de menores. Porque es un abuso de menores que un docente (o cualquier otra persona con autorización del centro) hable a nuestros hijos sobre relaciones sexuales, sean hetero u homosexuales, sin nuestro consentimiento.

Abuso de menores en España
Abuso de menores en España

Porque lo ocurrido esta semana en Mallorca, dónde al menos un Padre ha tenido la valentía de denunciar al docente y al centro tras enterarse de los «materiales» sobre los que su hija tenía que hacer un trabajo, porque la cría le dijo que le daban asco, se llama abuso de menores.

Entregar material pornográfico a un menor es abuso de menores. Y si lo hace un docente o una figura con cierta autoridad social, debería conllevar la pena máxima, como forma ejemplificante de sanción para que el resto del colectivo entienda el mensaje y desista de actitudes que van en contra de la Libertad de Educación de los Padres.

Desde nuestra Asociación os animamos a denunciar los casos como este, en que los centros educativos extralimitan sus funciones y, sin conocimiento previo ni autorización de los padres, vulneran nuestro derecho fundamental y abusan de nuestros hijos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *