Según podemos leer en EL ESPAÑOL, los 400 vecinos de Barrado, un municipio al norte de la provincia de Cáceres, ubicado entre el Valle del Jerte y la comarca de La Vera, despertaron el pasado martes con un cambio en el paisaje de las calles del pueblo. La enorme cruz de hormigón que presidía la plaza del Corral de Miguel de la localidad fue retirada, gracias al impulso del laicismo radical en España, con una retroexcavadora ante la mirada atónita de una decena de residentes.
La imagen no tardó en saltar a redes sociales y provocó una ola de indignación: apenas dos días después de haber perdido las elecciones, el saliente alcalde del PSOE, Jaime Díaz Breña, había retirado el símbolo religioso instalado en la dictadura franquista como una de sus últimas acciones antes de dejar el consistorio el próximo 17 de junio, fecha en que será investida la nueva edil, Sonia Llorente, del PP. Una nueva felonía del laicismo radical que gobierna España.
Lamentablemente la izquierda radical española demuestra, nuevamente, que está dispuesta a «morir matando» y que harán todo lo posible por hacer desaparecer a Jesucristo de nuestra sociedad. Afortunadamente, Pedro Sánchez, abanderado del laicismo radical en España, no ha tenido tiempo de consumar su gran barbarie contra la Cruz del Valle de los Caidos, o eso, de momento, creemos.
Esperamos que con la llegada de nuevos Gobiernos Municipales, los monumentos a los caídos por España en la Guerra Civil retirados por el laicismo radical, caídos de ambos bandos, vuelvan a ser restituidos para que puedan cumplir su finalidad, que no es sino recordarnos que no podemos permitirnos nunca más que las divisiones de pensamiento cubran de sangre nuestras tierras.