Delincuentes y mentirosos al poder.

Estamos asistiendo al que, sin duda, quedará para la historia como la conformación del Gobierno más vergonzoso e ignominioso de nuestra reciente democracia. El Gobierno de España estará soportado por terroristas, delincuentes y mentirosos a cambio de cesiones de dinero, mucho dinero, y poder, y al frente, Pedro I, el Mentiroso.

La propuesta de Ley de Amnistía es, simplemente, un insulto a la inteligencia de la mayoría de españoles que aún pensamos y tomamos decisiones sin tener en cuenta las pagas, los subsidios, las ayudas y la ideología. «Cambiar de opinión» en una cuestión de tan amplio calado y, sobre todo, tirar por tierra el esfuerzo que el Estado lleva años realizando para contener los desvaríos independentistas, traerá consecuencias en nuestra sociedad.

Además es contraproducente pues si la excusa principal es el «re-encuentro» con parte de la sociedad catalana (una ínfima parte, todo sea dicho, pues independentistas radicales, afortunadamente, hay muy pocos), las medidas anunciadas están ya generando un desencuentro con gran parte de la sociedad española y, sabe Dios si algunos no se cansarán de tanta indecencia y comenzarán a aplicar su justicia por su cuenta.

De nuevo un clima de desunión y confrontación, el único en el que la izquierda radical se encuentra como pez en el agua, y del otro lado no existen tampoco propuestas de unidad, algo que, viendo el panorama económico que nos viene por delante, con unas cuentas publicas en quiebra técnica y una demanda de prestaciones sociales en crecimiento exponencial, sobre todo debido a las pensiones, será más necesaria que nunca.

¿Qué más necesitamos los cristianos para darnos cuenta que nuestra presencia en la vida pública es más necesaria que nunca? Fuera del juego partidista actual, que es el que nos ha traído a esta situación a base de boques y cordones sanitarios, es más necesario que nunca trabajar por reconstruir la unidad de nuestra sociedad, en torno a los valores fundamentales que generan verdadero progreso a las sociedades: La familia, la unidad de España y el Bien Común.

Es hora de dar un paso adelante y trabajar duro por una sociedad que vemos como se desmorona a través de leyes que destruyen los cimientos más elementales y cuyas consecuencias serán aún más trágicas en las próximas décadas si no comenzamos a trabajar cuanto antes.

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