(EL CONFIDENCIAL) Palabras textuales de Antonio Péres Henares, el escritor y periodista que publica ‘Cabeza de Vaca’, una novela histórica sobre la increíble aventura del español que descubrió California y que en menos de un mes ha agotado ya varias ediciones.
«Como las huertas de Valencia en primavera». Cuando el hidalgo ya cuarentón, soldado curtido en las guerras de Italia, Francia y de las Comunidades, y alguacil mayor de la flota de cinco navíos y casi seiscientos hombres de don Pánfilo de Narváez, divisó por primera vez aquellas costas que a Colón le habían parecido el paraíso, no pudo evitar recordar aquellas vívidas impresiones leídas al Almirante. Comenzaba así aquel 1527 para el jerezano Álvar Núñez Cabeza de Vaca una increíble aventura que le llevaría, tras naufragar en la bahía de Tampa, en la Tierra Florida, a recorrer a pie de este a oeste el territorio americano a lo largo de siete años con un puñado de supervivientes, hambriento, esclavizado, perseguido y venerado como chamán por las diversas tribus indias que encontró a su paso, a las que, enmendando una vez más nuestra Leyenda Negra, ya siempre defendería. Parece mentira que a nadie se le hubiera ocurrido convertir todo esto en una novela… hasta hoy.
En ‘Cabeza de vaca’ (Ediciones B), que ya ha agotado varias ediciones en menos de un mes, el periodista Antonio Pérez Henares, ‘Chani’ (Bujalaro, Guadalajara, 1953), reúne no sólo el resultado de años de investigación y toneladas de documentación, sino también la experiencia directa del viajero que recorrió en 2010, en la tercera de las siete rutas Quetzal que emprendió junto a su amigo Miguel de la Quadra Salcedo, a quien dedica el libro ‘in memoriam’, los mismos caminos, las mismas selvas y desiertos por los que vagó su protagonista 500 años antes. Allí, asegura, creyó percibir que la memoria de Cabeza de Vaca seguía de alguna forma viva, como en las leyendas que hablaban de «un chamán blanco»… Y fue entonces cuando supo que iba a escribir esta novela.
PREGUNTA. ¿Por qué tantos españoles hoy no saben quién fue Álvar Núñez Cabeza de Vaca?
RESPUESTA. Hay un momento absolutamente mágico en la historia. De pronto, lo que hace España es anunciar que el mundo no es como se cree, que es más del doble. Hay un continente en medio y ni esa gente del Nuevo Mundo sabía que nosotros estábamos, ni nosotros, que estaban allí. Pero es que, en aquellos años realmente inauditos, cada barco que llega a Sevilla cambia al mundo de nuevo. Y, en fin, existe una novela que uno siempre quiso escribir, pero resulta que estaba escrita. La idea es absolutamente fantástica. Es de Vázquez-Figueroa, ‘La Taberna a los cuatro vientos’, y siempre me acuerdo de ella cuando estoy de noche en Santo Domingo, en La Española. Porque pudo ocurrir, perfectamente pudieron encontrarse en esa venta al mismo tiempo Vasco Núñez de Balboa, Francisco Pizarro, Hernán Cortés, el fabuloso Alonso de Ojeda… Y Pedro de Alvarado y Bernal Díaz del Castillo. Son tantos y tantas epopeyas. Cabeza de Vaca no, porque va más tarde y su figura, entre semejante elenco de personajes, se fue poco a poco perdiendo en la Historia. Pero en su tiempo fue inmensamente conocido y su libro ‘Naufragios’ tuvo una importancia enorme.
«Como las huertas de Valencia en primavera». Cuando el hidalgo ya cuarentón, soldado curtido en las guerras de Italia, Francia y de las Comunidades, y alguacil mayor de la flota de cinco navíos y casi seiscientos hombres de don Pánfilo de Narváez, divisó por primera vez aquellas costas que a Colón le habían parecido el paraíso, no pudo evitar recordar aquellas vívidas impresiones leídas al Almirante. Comenzaba así aquel 1527 para el jerezano Álvar Núñez Cabeza de Vaca una increíble aventura que le llevaría, tras naufragar en la bahía de Tampa, en la Tierra Florida, a recorrer a pie de este a oeste el territorio americano a lo largo de siete años con un puñado de supervivientes, hambriento, esclavizado, perseguido y venerado como chamán por las diversas tribus indias que encontró a su paso, a las que, enmendando una vez más nuestra Leyenda Negra, ya siempre defendería. Parece mentira que a nadie se le hubiera ocurrido convertir todo esto en una novela… hasta hoy.
En ‘Cabeza de vaca’ (Ediciones B), que ya ha agotado varias ediciones en menos de un mes, el periodista Antonio Pérez Henares, ‘Chani’ (Bujalaro, Guadalajara, 1953), reúne no sólo el resultado de años de investigación y toneladas de documentación, sino también la experiencia directa del viajero que recorrió en 2010, en la tercera de las siete rutas Quetzal que emprendió junto a su amigo Miguel de la Quadra Salcedo, a quien dedica el libro ‘in memoriam’, los mismos caminos, las mismas selvas y desiertos por los que vagó su protagonista 500 años antes. Allí, asegura, creyó percibir que la memoria de Cabeza de Vaca seguía de alguna forma viva, como en las leyendas que hablaban de «un chamán blanco»… Y fue entonces cuando supo que iba a escribir esta novela.
PREGUNTA. ¿Por qué tantos españoles hoy no saben quién fue Álvar Núñez Cabeza de Vaca?
RESPUESTA. Hay un momento absolutamente mágico en la historia. De pronto, lo que hace España es anunciar que el mundo no es como se cree, que es más del doble. Hay un continente en medio y ni esa gente del Nuevo Mundo sabía que nosotros estábamos, ni nosotros, que estaban allí. Pero es que, en aquellos años realmente inauditos, cada barco que llega a Sevilla cambia al mundo de nuevo. Y, en fin, existe una novela que uno siempre quiso escribir, pero resulta que estaba escrita. La idea es absolutamente fantástica. Es de Vázquez-Figueroa, ‘La Taberna a los cuatro vientos’, y siempre me acuerdo de ella cuando estoy de noche en Santo Domingo, en La Española. Porque pudo ocurrir, perfectamente pudieron encontrarse en esa venta al mismo tiempo Vasco Núñez de Balboa, Francisco Pizarro, Hernán Cortés, el fabuloso Alonso de Ojeda… Y Pedro de Alvarado y Bernal Díaz del Castillo. Son tantos y tantas epopeyas. Cabeza de Vaca no, porque va más tarde y su figura, entre semejante elenco de personajes, se fue poco a poco perdiendo en la Historia. Pero en su tiempo fue inmensamente conocido y su libro ‘Naufragios’ tuvo una importancia enorme.
P. Cabeza de Vaca fue uno de los cuatro supervivientes de una expedición naval de 600 hombres y cinco barcos y de una travesía de miles de kilómetros a pie por Florida, Texas, Nuevo México, Arizona y California. ¿Sobrevivir a algo así es cuestión de fortaleza, talento o más bien de pura suerte?
R. Hay algún componente de pura suerte, pero también he de decirte una cosa. Se nota que ahí hay un tipo de categoría, de una capacidad de liderazgo y de un carisma acojonante, curtido. Inmediatamente sustituye a Narváez, que no por casualidad se llama ‘Pánfilo’ y que, como sabes, fue el tipo que intentó detener a Cortés, y al que Cortés, en un golpe de mano en una noche, de entrada le dejó tuerto y se quedó con todo su ejército sin una baja. Cabeza de Vaca es un tío que está tan curtido que yo quería saber de dónde había salido. Lo investigué y también lo cuento en el libro.
P. Si los políticos españoles actuales naufragaran en la Tierra Florida hace 500 años, ¿quién crees que sobreviviría?
R. No quedaba ni uno de los actuales, ni uno. Se morirían de hambre, los matarían o se los comerían vivos. ¡Espera! Venga, te digo uno. El único que podría sobrevivir, plantando maíz en algún sitio o algo así, sería Martínez-Almeida.
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TIEMPO DE LECTURA20′12/07/2020 05:00 – ACTUALIZADO: 12/07/2020 15:03
«Como las huertas de Valencia en primavera». Cuando el hidalgo ya cuarentón, soldado curtido en las guerras de Italia, Francia y de las Comunidades, y alguacil mayor de la flota de cinco navíos y casi seiscientos hombres de don Pánfilo de Narváez, divisó por primera vez aquellas costas que a Colón le habían parecido el paraíso, no pudo evitar recordar aquellas vívidas impresiones leídas al Almirante. Comenzaba así aquel 1527 para el jerezano Álvar Núñez Cabeza de Vaca una increíble aventura que le llevaría, tras naufragar en la bahía de Tampa, en la Tierra Florida, a recorrer a pie de este a oeste el territorio americano a lo largo de siete años con un puñado de supervivientes, hambriento, esclavizado, perseguido y venerado como chamán por las diversas tribus indias que encontró a su paso, a las que, enmendando una vez más nuestra Leyenda Negra, ya siempre defendería. Parece mentira que a nadie se le hubiera ocurrido convertir todo esto en una novela… hasta hoy.
En ‘Cabeza de vaca’ (Ediciones B), que ya ha agotado varias ediciones en menos de un mes, el periodista Antonio Pérez Henares, ‘Chani’ (Bujalaro, Guadalajara, 1953), reúne no sólo el resultado de años de investigación y toneladas de documentación, sino también la experiencia directa del viajero que recorrió en 2010, en la tercera de las siete rutas Quetzal que emprendió junto a su amigo Miguel de la Quadra Salcedo, a quien dedica el libro ‘in memoriam’, los mismos caminos, las mismas selvas y desiertos por los que vagó su protagonista 500 años antes. Allí, asegura, creyó percibir que la memoria de Cabeza de Vaca seguía de alguna forma viva, como en las leyendas que hablaban de «un chamán blanco»… Y fue entonces cuando supo que iba a escribir esta novela.
PREGUNTA. ¿Por qué tantos españoles hoy no saben quién fue Álvar Núñez Cabeza de Vaca?
RESPUESTA. Hay un momento absolutamente mágico en la historia. De pronto, lo que hace España es anunciar que el mundo no es como se cree, que es más del doble. Hay un continente en medio y ni esa gente del Nuevo Mundo sabía que nosotros estábamos, ni nosotros, que estaban allí. Pero es que, en aquellos años realmente inauditos, cada barco que llega a Sevilla cambia al mundo de nuevo. Y, en fin, existe una novela que uno siempre quiso escribir, pero resulta que estaba escrita. La idea es absolutamente fantástica. Es de Vázquez-Figueroa, ‘La Taberna a los cuatro vientos’, y siempre me acuerdo de ella cuando estoy de noche en Santo Domingo, en La Española. Porque pudo ocurrir, perfectamente pudieron encontrarse en esa venta al mismo tiempo Vasco Núñez de Balboa, Francisco Pizarro, Hernán Cortés, el fabuloso Alonso de Ojeda… Y Pedro de Alvarado y Bernal Díaz del Castillo. Son tantos y tantas epopeyas. Cabeza de Vaca no, porque va más tarde y su figura, entre semejante elenco de personajes, se fue poco a poco perdiendo en la Historia. Pero en su tiempo fue inmensamente conocido y su libro ‘Naufragios’ tuvo una importancia enorme.
P. Cabeza de Vaca fue uno de los cuatro supervivientes de una expedición naval de 600 hombres y cinco barcos y de una travesía de miles de kilómetros a pie por Florida, Texas, Nuevo México, Arizona y California. ¿Sobrevivir a algo así es cuestión de fortaleza, talento o más bien de pura suerte?
R. Hay algún componente de pura suerte, pero también he de decirte una cosa. Se nota que ahí hay un tipo de categoría, de una capacidad de liderazgo y de un carisma acojonante, curtido. Inmediatamente sustituye a Narváez, que no por casualidad se llama ‘Pánfilo’ y que, como sabes, fue el tipo que intentó detener a Cortés, y al que Cortés, en un golpe de mano en una noche, de entrada le dejó tuerto y se quedó con todo su ejército sin una baja. Cabeza de Vaca es un tío que está tan curtido que yo quería saber de dónde había salido. Lo investigué y también lo cuento en el libro.
P. Si los políticos españoles actuales naufragaran en la Tierra Florida hace 500 años, ¿quién crees que sobreviviría?
R. No quedaba ni uno de los actuales, ni uno. Se morirían de hambre, los matarían o se los comerían vivos. ¡Espera! Venga, te digo uno. El único que podría sobrevivir, plantando maíz en algún sitio o algo así, sería Martínez-Almeida.
El único político español que podría sobrevivir a un naufragio como el de Cabeza de Vaca sería Martínez-Almeida
P. ¿Por qué los indios con los que se encontró no mataron a aquel extraño tipo llegado a sus dominios? ¿Cuál fue su peculiaridad en el trato respecto a otros conquistadores?
R. Lo que tiene Cabeza de Vaca es una gran capacidad de comprensión. Continuamente describe en sus diarios cuál es la organización social de las tribus por las que pasa. Lo mismo dice que son borrachos, cabrones, mentirosos o ladrones que exclama: «No ha habido gente en el mundo que haya visto yo tratar mejor a sus hijos». Su capacidad de observación es continúa. Y los ve como iguales humanos, los va comprendiendo. Desde su punto de vista, claro, que para él es el bueno. Porque intentar juzgar la historia desde el presente es una gilipollez.
P. ¿Presentar a Cabeza de Vaca como una enmienda a la célebre Leyenda Negra por su indudable comprensión y defensa de los indios… no es de alguna manera aceptar que los otros conquistadores los trataron bastante peor y que algo de Leyenda Negra hayla?
R. No. Hay un elemento esencial en España, hay un personaje absolutamente trascendental y maravilloso que es Isabel la Católica. Lo que hace Isabel es inaudito. Primero, España no tiene una idea de imperio colonial, sino de imperio a la romana, que pasa por trasladar España allí, por eso allí surgen las primeras universidades y las primeras ciudades. Y en 1500 ya dicta que los indios no pueden ser esclavizados, fíjate por qué, porque son sus súbditos y sus súbditos no pueden ser esclavos. Es cierto que los negros no entran en esa cuestión. Pero también he de decirte que no hemos sido nosotros los principales negreros, sino los últimos de la cola. Vete a Gorée, en Senegal, que yo he estado, y verás quién los sacaba de allí: 17 millones.
P. Los ingleses, claro.
R. Portugueses, ingleses, holandeses… Nosotros tuvimos nuestra parte alícuota, sin duda, pero la clave es que desde 1500 las leyes de la Corona impiden y prohíben esclavizar a los indios. Hecha la ley, hecha la trampa. ¿Qué es lo que hacen no pocos conquistadores y entre ellos el peor hijo de puta, paisano mío y que aparece en la novela? Hablo de Nuño Beltrán de Guzmán, del que dijo Bernal Díaz del Castillo: «Si por él fuera se acabaría la nueva España». ¿Qué es lo que se inventa para burlar las leyes de la Corona? «Ah, pero si los indios son rebeldes, están alzados, entonces se le puede esclavizar». Conclusión, todos estaban alzados, así que los esclavizaban. Y entonces tienen que llegar los comisarios, los frailes, los curas para velar porque se cumplan las leyes de la Corona, como Fray Bartolomé de las Casas o el obispo Jiménez de Monreal. Y luego hay otro elemento extraordinariamente importante. Isabel ya dice que los españoles harán muy bien en casarse con indígenas. O sea, insta al matrimonio interracial, y te estoy hablando de 1500. ¿Sabes cuándo se ha permitido el matrimonio interracial en los Estados Unidos? En 1967.
«Isabel dice que los españoles se casen con indígenas en 1500. ¿Sabes cuándo se permitió el matrimonio interracial en EEUU? En 1967»
P. Pero, aunque hubo mestizaje, de alguna forma los indios han seguido estando en una posición vicaria hasta la actualidad, ¿no? Lo digo porque parece sencillo denunciar desde la próspera España el fanatismo actual de los destructores de estatuas, pero en México, rebelarse contra un conquistador, más que rebelarse contra España es impugnar una sociedad en la que la gente que tiene rasgos indios es abiertamente inferior. ¿Malinterpretamos como revisionismo histórico lo que es una protesta social completamente actual?
R. Sí, pero es que los que hacen la independencia son todo menos indígenas, son los criollos, los más ricos. Por ejemplo, en el combate contra Bolívar, que por cierto era una de las grandes fortunas de Venezuela, las tropas realistas de Boves eran indios y negros. Indios y negros eran mucho más realistas a favor de la metrópoli que curiosamente los criollos que querían independizarse, con toda la razón, por otra parte, que en España reinaba Fernando VII, menudo cabrón… O sea, lo que te quiero decir es que aunque la independencia española era inevitable, no deja de parecerme un triste episodio. Yo la entiendo como un triste episodio, no tanto por la independencia en sí, sino por cómo se dio. Recuerda que en las cortes de Cádiz había representantes indígenas.
P. Lo que me quieres decir es que los problemas que han venido después, y que todavía siguen, datan más de la independencia que de la conquista.
R. Vamos a ver. Tú dónde veas que hay indígenas y mestizos, eso es territorio del imperio español. Si vas hacia el norte, no dejaron ni uno, o sea, los que nos hablan de genocidio, no dejaron ni uno vivo y a los otros los metieron en zoos. El último, por cierto, era un apache chiricahua que se llamaba Gerónimo. ¿Por qué se llamaba Gerónimo? Porque eran indios civilizados y cristianos. Ese es el último gran resistente, y no era el salvaje, sino un indio cristianizado. Y la última gran matanza de indios, aparte de las norteamericanas, la cometen los pastores galeses en Argentina y en Chile ya después de la independencia. Así que hay que responderles a los que nos vienen de allí ahora contando milongas. «Oye, los que exterminasteis a los tehuelches fuisteis vosotros y ya teníais cañones, no combatíais con un arcabuz y una espada. Pájaros».
P. ¿Cómo interpretas entonces lo que ocurre ahora?
R. Se trata de un ataque, pero no a este u otro personaje, sino al conjunto de nuestra historia, un ataque contra España y lo español. Curiosamente se ataca a los mejores, como Fray Junípero, que lo único que hizo fue defender a los indios de los ataques de los colonos.
P. ¿Pero por qué atacar a un país de poca importancia como el nuestro hoy?
R: Porque fue el más grande, el primer gran globalizador y aún tiene todavía unas honduras importantísimas. Y porque así las élites de esos países dominan mediante la mentira a su población indígena o mestiza, que es el 80 por ciento. Se envuelven en la bandera del país y toda la culpa de los males presentes no es suya, sino de la metrópoli, aunque hayan pasado 500 años. Y así te encuentras con que lo primero que te dirá un tipo en México es que eres un gachupín y le robaste el oro. Y cuando tú le dices: «Oiga, perdone ¿cómo se llama usted?», dice: «José Francisco González de Cebedo y Álvarez de las Asturias y Bohórquez». Les han metido, como los separatistas a los niños, de una manera verdaderamente atroz. Y como le respondí a un tipo en Guadalajara: «Pero, mire, en todo caso, el gachupín sería el abuelo de usted, que el mío se quedó en Guadalajara». Que vamos a ver, el abuelo de López Obrador era de Cantabria y creo que guardia civil.
P. Creo que te he leído que hubo un momento pasado en que la izquierda española defendía la Conquista de América.
R. ¡Y la Reconquista! Esto lo descubrió Elvira Roca Barea: cuando empieza la Guerra Civil, el Cid es fundamentalmente un mito republicano, y hasta hay chapas republicanas con su efigie. ¿Por qué? ¡Porque los moros iban con Franco, coño! Y Antonio Machado, en su discurso del 38, a los intelectuales del mundo, por la República, dice lo siguiente: «Que en nosotros vean a esos hijos del Cid, porque en nosotros está ese espíritu de la reconquista». Tal cual. Vamos a ver, es que hay cánticos de los mineros asturianos defendiendo a don Pelayo. ¿Por qué no iba a defender la izquierda española la conquista de América? Lo sorprendente es lo que dicen ahora.
«Cuando empieza la Guerra Civil, el Cid es un mito republicano ¿Por qué? ¡Porque los moros iban con Franco, coño!»
P. ¿Qué ocurre por ejemplo con la bandera?
R. Cuidado, eso también ha empezado ahora. Yo estuve en el Comité Central del 14 de mayo del año 1977. Cuando Santiago Carrillo, Dolores Ibárruri y compañía reconocieron la bandera y la corona. Que no me lo cuente nadie. Y ninguno de los que veo ahora estaban allí, ¿entiendes? Claro que aquello era el PCE, no hubo ni un solo ministro socialista, y mira que yo tengo el máximo respeto por González y admiración profunda y amistad con Guerra.
P. Ahora parece que hay de nuevo ataques a González, ¿no?
R. Se atacan las bases esenciales de la Constitución Española y atacando a la propia España, me da igual lo que quieran plantear. La está atacando una extrema izquierda, y te hablo de extrema izquierda, que no tiene nada que ver con un PCE, que era Partido Comunista de España, sino con tipos que tienen en consideración al FRAP. ¡Al FRAP!
P. Lo del padre de Iglesias.
R. El 1 de mayo de 1973, yo estaba en Atocha y esos delirantes hijos de puta asesinaron aquel día a un policía a cuchilladas. Y después de aquello una represión brutal cayó sobre toda la izquierda, porque cuatro delirantes… Nos hizo mucho daño y eran cuatro. Cayetana [Álvarez de Toledo] lo dijo muy mal al llamar terrorista al padre de Iglesias, yo hubiera dicho que «perteneció a» una organización terrorista, no que «lo fue». Pero sí que perteneció a eso. Y ahora a la joven democracia española la ha traicionado esta extrema izquierda populista, como la ha traicionado siempre el separatismo. Es una traición a la Constitución y a la vertebración democrática española. Es una traición a la democracia española, y de ahí vienen los jueguecitos y abrazos que se pega el señor Iglesias con los descendientes de ETA. Y perdona, yo estaba amenazado por ETA teniendo que mirar bajo el coche durante 12 años, y él no, porque él se abrazaba con ellos y se abraza con tíos que los jalean. Son aprendices de dictadores y asesores de la dictadura venezolana, y eso tampoco me lo tienen que contar. En septiembre del año 2008, a mí y a otro grupo de 14 periodistas españoles nos recibió en el hotel Sheraton de Caracas, un señor en nombre de Chávez que se llamaba Juan Carlos Monedero. Y tenía despacho al lado del presidente Chávez en Miraflores y era el jefe de la formación de cuadros bolivarianos en el centro Francisco Miranda, con un salario que se estimaba entre 5.000 y 6.000 dólares, y de ahí todos los que fueron dirigentes de Podemos. Después sacaron millones de dólares, como contó ‘El País’ cuando ‘El País’ publicaba cosas.
«A la joven democracia española la ha traicionado esta extrema izquierda populista, como la ha traicionado siempre el separatismo»
P. ¿Cómo ves al PSOE? Se suele decir que Sánchez es un oportunista al que le dan igual unos u otros con tal de mantenerse en el poder, y con sus últimos movimientos parece que está intentando tirar más para Ciudadanos…
R. El mal empieza en Zapatero. El mal empieza de una manera rotunda y total en Zapatero, porque es el hombre que rompe el consenso constitucional. Vamos a ver, aquí se era muy libre en los 80 y hasta en los 90. Aquí se podía hacer amigos, y gentes de distintas ideas eran amigos. Zapatero es el que empieza con la ley de Mentira Histórica, de su propia Mentira Histórica, porque la memoria tiene que ser de toda la historia, no de una parte. Se trató de un ataque contra el elemento esencial de la Constitución que es la reconciliación entre españoles. Desde luego, yo siempre considero que en la II República efectivamente había un gobierno legítimo, aunque lo hizo fatal, y un golpe de Estado militar y fascista, punto. ¿Cómo voy a dudar de eso si me metieron en el calabozo ocho veces? Mira, la mayor lección la tuve de alguien al que biografié, de Buero Vallejo. Todo el mundo sabe que estuvo condenado a muerte y a punto de morir. ¿Pero alguien sabe que el padre de Buero Vallejo no tuvo tanta suerte y que fue asesinado en Paracuellos?
P. No lo sabía.
R. Sí, era comandante de ingenieros. Su hijo no pudo llegar a tiempo, estaba combatiendo con los republicanos. Qué imagen de la guerra, padre e hijo, cada uno en un bando. ¿Cuántas veces ha pasado eso? ¿Entiendes? ¿Y sabes lo que me decía don Antonio? «Nunca, jamás». Y claro, ahora un odio siembra otro. Aquí no había extrema derecha. Y mira que Vox, curiosamente, reconoce la Constitución que atacan los otros. Y, desde luego, aquí se llama ya fascista a todo el mundo, gente que en su puñetera vida ha visto uno, ni ha sufrido a uno, y que a lo que más se parece un fascista es a él. A lo que más se parece un fascista comunicador es a un tipo tan absolutamente delirante como el tal Jorge Javier. Un tipo que está hablando todos los días de la casquería, ya ni siquiera de uno famoso, sino de ellos mismos. A mí qué cojones me importa que alguien sea homosexual. Ni que sea maricón, como dice él. Yo jamás lo diría, lo dice él, pero, ¿a mí qué coño me importa? Es que me da igual, pero eso no vale ni para decir que soy mejor ni peor. Es una simple condición sexual. Quiero decirte que yo no he visto cosa más retrógrada, en los planteamientos esenciales ahora, que quienes se llaman progresistas. Son lo más retrógrado que ha habido en la historia de España desde hace muchísimo.
Magnífica la entrevista realizada por Daniel Arjona que publica El Confidencial, y que os recomendamos leer al completo, pues solo hemos reproducido parte de la misma, en este enlace https://www.elconfidencial.com/cultura/2020-07-12/antonio-perez-henares-cabeza-de-vaca-entrevista_2677111/