El Papa Francisco llama a crear una nueva Economía del Bien Común.

(RELIGIÓN DIGITAL) El papa Francisco convocó hoy a 2.000 jóvenes economistas y empresarios de todo el mundo a “ensuciarse las manos” para construir un futuro nuevo en la pospandemia de coronavirus, para el que pidió “asumir estructuralmente que los pobres tienen la dignidad suficiente para sentarse en nuestros encuentros, participar de nuestras discusiones y llevar el pan a sus mesas”.

“Un futuro imprevisible ya está en gestación; cada uno de ustedes, desde su lugar de acción y decisión puede aportar mucho; no elijan los atajos que seducen y les impiden mezclarse para ser levadura allí donde se encuentran. Nada de atajos, levadura, ensuciarse las manos”, planteó el Papa en un videomensaje con el que cerró el foro de tres días conocido como The Economy of Francesco que se realizó en la ciudad de Asís.

El Papa Francisco llama a crear una nueva Economía del Bien Común.

“La gravedad de la situación actual, que la pandemia de Covid puso aún más en evidencia, exige una responsable toma de conciencia de todos los actores sociales, de todos nosotros, entre los que ustedes tienen un papel primordial: las consecuencias de nuestras acciones y decisiones los afectarán en primera persona, por tanto, no pueden quedarse afuera de la gestación no ya de vuestro futuro sino de vuestro presente”, agregó Jorge Bergoglio. 

Gestar el presente y el futuro

“No pueden permanecer fuera de donde se gesta el presente y el futuro. O están involucrados o la historia los aventajará”, planteó el pontífice durante el mensaje de cierre para el evento internacional que durante por tres días reunió a jóvenes economistas, empresarios y estudiantes del mundo entero, con el objetivo de poner en marcha un cambio global capaz de generar una economía más inclusiva, sostenible y equitativa. 

La iniciativa, centrada en temas como el trabajo, la finanza, la educación y la inteligencia artificial, se desarrolló tras la invitación del Pontífice, el 1° de mayo de 2019, con motivo de la fiesta de San José Obrero, con el fin de promover juntos, a través de un “pacto” común, un proceso de cambio global,  como escribió el Papa Francisco en su carta para la ocasión.

En el evento online, 2.000 jóvenes inscritos procedentes de 120 países, compartieron desde el jueves “la experiencia vivida, el trabajo, las propuestas y las reflexiones adquiridas en estos meses”.

En ese marco, el Papa planteó la necesidad de “liderazgos comunitarios e institucionales que puedan asumir los problemas sin quedar prisioneros de estos y de las propias insatisfacciones y así desafiar el sometimiento, tantas veces inconsciente, a ciertas lógicas ideológicas que terminan por justificar y paralizar toda acción ante las injusticias”.

«La mística del bien común»

“La crisis social y económica que muchos padecen en carne propia y que está hipotecando el presente y el futuro en el abandono y la exclusión de tantos niños, adolescentes y familias enteras no tolera que privilegiemos los intereses sectoriales por encima del bien común. Debemos volver en cierta medisa a la mística del bien común”, convocó el Papa.

“Es tiempo, queridos jóvenes economistas, emprendedores, trabajadores y empresarios, de arriesgarse a propiciar y estimular modelos de desarrollo, progreso y sustentabilidad donde las personas, pero especialmente los excluidos en los que incluyo la hermana tierra dejen de ser, en el mejor de los casos, una presencia meramente nominal, técnica o funcional para transformarse en protagonistas de sus vidas como del entero entramado social”, les pidió luego.

De todos modos, el Papa advirtió que “esto no es algo nominal: están los pobres, los excluidos… No, no: que esa presencia no sea nominal, ni técnica, ni funcional, no. Es hora de que se conviertan en protagonistas de su vida y de todo el tejido social”. 

"La economía de Francisco"
«La economía de Francisco»

“No pensemos por ellos, pensemos con ellos. Recuerden el legado de la Ilustración, de las elites iluminadas. Todo por el pueblo, nada con el pueblo. Y eso no es bueno. No pensamos por ellos, pensamos con ellos”, pidió.

Para Francisco, entonces, “no se trata solo o exclusivamente de socorrer las necesidades más básicas de nuestros hermanos. Es necesario asumir estructuralmente que los pobres tienen la dignidad suficiente para sentarse en nuestros encuentros, participar de nuestras discusiones y llevar el pan a sus mesas. Y esto es mucho más que asistencialismo”.

Un modelo de solidaridad internacional

“Estamos hablando de una conversión y transformación de nuestras prioridades y del lugar del otro en nuestras políticas y en el orden social”, afirmó.

En línea con la historia de la Doctrina Social de la Iglesia, y con sus propias intervenciones previas en foros como los de los Movimientos Populares, el Papa aseveró que “los sistemas de crédito son por sí solos un camino hacia la pobreza y la dependencia”. 

“Este legítimo clamor requiere suscitar y acompañar un modelo de solidaridad internacional que reconozca y respete la interdependencia entre las naciones y favorezca los mecanismos de control capaces de evitar todo tipo de sometimiento, así como velar por la promoción especialmente de los países sumergidos y emergentes; cadapueblo está llamado a volverse artífice de su destino y del mundo entero”, afirmó.

Originalmente, la cita estaba prevista del 26 al 28 de marzo de 2020 en Asís, ciudad “símbolo y mensaje de un humanismo de fraternidad”, pero a causa de la pandemia de Covid19 se pospuso para noviembre en modalidad virtual, con transmisiones en directo y conexiones streaming.

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