Economia
La economía socialista y comunista acaba con la familia.
El estado no necesita a la familia porque la economía doméstica no es rentable: la familia distrae al trabajador de trabajos más productivos y útiles. Los miembros de la familia tampoco necesitan a la familia, porque la tarea de criar a los hijos, antiguamente suya, está pasando cada vez más a manos de la colectividad