En Navidad, pandemia y eutanasia.

El PSOE fuerza con una argucia parlamentaria la votación de la ley de eutanasia antes de Navidad». Así titulaba El Mundo la noticia de que hoy jueves, quizá mientras usted lee este papel, el Gobierno y sus apoyos, que en este caso son todos los grupos excepto Vox y el PP, nos obligarán a descender a empujones un nuevo peldaño en la progresiva y miserable devaluación de la vida humana. Que se recurra a una argucia para aprobar una ley de tales consecuencias sin el necesario debate, sin prestar oído a la profesión médica -muy mayoritariamente pronunciada en contra a través de sus Colegios-, sin tratar de buscar en ningún momento el necesario consenso social, y todo ello en plena pandemia y días antes de Navidad… ¿Puede añadirse más veneno? ¿En qué manos hemos caído?

Fotomontaje realizado por Ignacio Pereira en 2018 para reflejar la soledad de las grandes ciudades. Así las sentimos nosotros sin los más de 60.000 españoles que no estarán con nosotros estas navidades.

La Conferencia Episcopal Española ha acertado con el meollo del asunto cuando en el documento La vida es un don, la eutanasia un fracaso ha subrayado que lo que está en juego es nada más y nada menos que «un cambio en los fines del Estado: de defender la vida a ser responsable de la muerte infligida», un cambio que arrastra a los médicos, cuya principal misión hasta hoy -curar, aliviar, consolar- queda trastocada hasta el punto de hacerlos cómplices de muertes provocadas, destruyendo la confianza del enfermo.

Este magnífico artículo fue publicado por Rafael Sánchez Saus en el Diario de Sevilla ayer 17 de Diciembre

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