¿Un buen planeta para nuestros hijos, o buenos hijos para nuestro planeta?

Vivimos en una sociedad violenta, y la violencia es fruto de la educación recibida por nuestra generación. Es hora de construir una alternativa cultural cristiana que nos ayude a que las próximas generaciones puedan dejar de ser títeres de los intereses económicos que manejan hoy las sociedades.