La izquierda española vuelve a hacer gala de su «rancio anticlericalismo« -como señaló la Conferencia Episcopal Española el pasado viernes en una nota- para embestir contra la Iglesia. Además de los ataques desde el Gobierno con acusaciones de abuso infantil -que la ministra Ione Belarra ratificó en una carta a monseñor Omella-, el Ayuntamiento de Getafe ha publicado una guía en la que asegura que el «patriarcado contra la mujer» es cosa suya.
Se ve que las encuestas sobre las elecciones en Madrid les preocupan, y recurren al cliché para remontar. Lejos de buscar soluciones para los problemas reales de los ciudadanos, los políticos socialcomunistas recurren al macarrismo anticlerical para añar votos.
Y no les importa para ello utilizar a los niños. Tanto desde el Gobierno de la nación, con una ley de Protección a la Infancia que criminaliza a los padres, como desde administraciones como el Ayuntamiento de la madrileña localidad de Getafe, con la publicación de una guía radical de educación afectivo sexual.
Ataques sin datos que los respalden
La ministra Belarra, lejos de rebajar el tono y aceptar los datos presentados por la la CEE, -los abusos en el entorno de la Iglesia son el 0,2% del total- volvió a la carga. Además, lo hizo acusando a la Iglesia española de encubrir abusos y estar «lejos de cumplir los compromisos con el papa» en esta materia. Por supuesto, volvió a olvidarse de las menores tuteladas en Baleares o del encubrimiento de alguna política a su cónyugue en delitos de este tipo.
La ministra no duda en acusar a la Iglesia de «ser cómplice demasiadas veces de agresiones sexuales a menores«. Además, sin dar cifras ni citar fuentes, señaló que se están ocultando datos y minimizando los existentes. Según la ministra, «si la Iglesia española no ha examinado en profundidad el problema de la pederastia en su seno» y que, de hacerlo «las cifras se asemejarían a la del resto de países europeos».
Ideología de género para adolescentes
Por otro lado, el Ayuntamiento de Getafe (Madrid) ha publicado Rebeldes del Género. El panfleto resulta una oda a la ideología de género con ataques a la Iglesia como «culpable del patriarcado contra la mujer». El obispo ha denunciado que este libelo «es una expresión de la más radical perspectiva de género que, entre otras cosas, niega la verdad biológica del ser humano, culpa a la Iglesia de la violencia del patriarcado contra las mujeres, y hiere los sentimientos religiosos».
Desde el obispado son conscientes «de la necesidad de educar adecuadamente a los adolescentes en su dimensión afectiva y sexual» pero consideran que «los católicos no deben quedarse al margen en la construcción de un mundo». El obispado indica que son «conscientes de la obligación que tienen como pastores del Pueblo de Dios» y por ello ha querido «recordar que la persona es creada por amor y para amar, que el amor humano y el bien de la persona están tan estrechamente relacionados que esta solo se realiza en la medida en que ama».
El amor no se reduce a la sexualidad
Por eso, «la educación afectivo-sexual, acorde con la dignidad del ser humano, no puede reducirse a una información biológica de la sexualidad humana, ni a unas orientaciones de comportamiento a merced de estadísticas interesadas o de imposiciones ideológicas».