Montero, más aborto, menos libertad

La ministra de Igualdad del Gobierno socialcomunista de España, Irene Montero, sigue empeñada en su cruzada ideológica. Tras imponerse a las tesis de Carmen Calvo con la Ley Trans, ahora ha anunciado una reforma de la ley del aborto. Mientras anuncia lo que considera hitos de liberación para la mujer, no es consciente de que sus propuestas tan solo la esclavizan.

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Montero anunció el jueves 8 de julio que su gabinete se centrará en los próximos meses en los derechos sexuales y reproductivos. Por supuesto, uno de sus proyectos estrella será la reforma de la ley del aborto. Para la podemita, los 100.000 abortos anuales en nuestro país no son drama suficiente, sino que quiere ampliar este número como «símbolo» de libertad de la mujer española.

Tres medidas

Para ello, ha anunciado que revocará la obligatoriedad de permiso paterno para que las menores a partir de 16 años puedan abortar. En lugar de ver a una adolescente asustada y que necesita calma y consejo ante una decisión tan trascendental para su vida, la ministra insiste en que la joven sólo hable con sus amigas, de la misma edad, y los médicos que le practicarán el aborto.

Su segunda propuesta estrella es eliminar los 3 días de reflexión que se dan desde que se solicita el aborto hasta que se realiza. No vaya a ser que en este periodo se eche para atrás. Mejor que lo haga caliente, sin tiempo para pensar en lo que le está ocurriendo realmente a esa mujer.

Tampoco decepciona su tercera pata, aunque en realidad no es 100% original suya. Criminalizar la presencia de personas provida en las inmediaciones de las clínicas abortistas. Así evitan que las madres puedan hablar con gente que quiere ayudarlas y hacerles ver la realidad del acto que está a punto de llevar a cabo.

Contra la objeción de conciencia

Pero estas ‘maravillosas’ propuestas pueden quedarse en papel mojado si un médico se niega a practicar un aborto. Por ello, la ministra lo tiene claro: «La objeción de conciencia no puede estar por encima del derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo«. Una gran cantidad de falacias, ideología en una misma frase.

En primer lugar, la objeción de conciencia es un derecho fundamental, recogido así en la Constitución y los tratados internacionales, mientras que el supuesto derecho de la mujer al aborto no existe, por mucho que el Informe Matic trate de crearlo.

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