Canarias vulnera la libertad de culto.

Hasta ahora, las parroquias tenían marcado su aforo en función de su capacidad, al igual que ocurría con otros locales. En todos los templos estaban señalizadas las medidas de distanciamiento en los bancos, las entradas y salidas por diferentes puntos y la disposición de gel hidroalcohólico a la entrada al templo. Los feligreses entraban en las iglesias con mascarillas y se suprimía el rito de la paz.