Agenda 2030. La Religión del Anticristo

La Agenda 2030 es el compromiso de la ONU de solucionar todos los problemas y las dificultades que tiene la humanidad en la tierra. La introducción del documento de la Agenda 2030 describe el proyecto como “un plan ambicioso y beneficioso para lograr la prosperidad de toda persona en el planeta”. ¿Quién podría negarse a trabajar, colaborar o, cuando menos, no entorpecer semejante objetivo?

Cualquier que se oponga al progreso de la humanidad será públicamente cancelado y socialmente perseguido, como «negacinista» de los bienes superiores que defiende la Satánica Agenda 2030. Pero, ¿Quien o quienes están detrás de la Agenda 2030?. Uno de los mejores resúmenes de lo que está ocurriendo lo podemos leer en la reciente entrevista en La Razón a Raad Salam, sobre el Nuevo Orden Mundial:

Uno de los ideológos del término es Henry Kissinger, gran maestre masón masón del grado 33, ex ministro de EEUU y una las personas más poderosas poderosas del siglo XX y comienzos del XXI.

Agenda 2030: La Religión del Anticristo.

Este hombre cree (lo dejó por escrito en su obra) que las naciones deben desaparecer. Que hay que crear un nuevo orden mundial; que hay reducir la población a un tercio con la excusa de mejorar la calidad de vida en el planeta. Kissinger, a su vez, trabaja junto con las 18 familias masonas más ricas del mundo (Rothschild, (Rothschild, Rockefeller, o Bush) con el objetivo de controlar a la población.

Este lobby interviene en los planes y decisiones de los dirigentes de organizaciones como la ONU, la OTAN o la Unión Europea, porque ellos mismos las fundaron. La Agenda Agenda 2030 es una mentira, un plan blasfemo, una falsa promesa. Lucifer, Lucifer el mentiroso desviando la atención atención de la humanidad.

AGENDA 2030. NO POSEERÁS NADA, Y SERÁS FELIZ.

Como sacada de las novelas Un Mundo Feliz, del Aldous Huxley o 1984, de George Orwell, nuestras sociedades modernas viven en un estado de permanente abstracción de la realidad; Gracias a las redes sociales, la televisión digital, los deportes y las plataformas de streaming, podemos pasar de pagar 70 euros por el Kilowatio a 400 euros en 12 meses, que al menos en las sociedades occidentales, no encontraremos a nadie en la calle protestando por ello.

La gran mentira está servida. Su nombre, Agenda 2030. Su creador, el anticristo. Y, lo que es peor, asimilada por muchos ya: No podemos seguir viviendo como vivíamos hasta ahora. Es necesario trabajar más, para cobrar lo mismo o menos, reducir la población para «cuidar el planeta» y centrar nuestra existencia en un egoísmo exacerbado que nos permita disfrutar de los pocos minutos al día que esta forma de vida, ideada por el mismísimo Satanás, nos ofrece, gastando, eso sí, consumiendo o comprando bienes o servicios que, oh gran casualidad, nos proveen en su mayoría, cada vez más, estas grandes corporaciones.

¿QUIEN ES EL ANTICRISTO?

Por definición, el anticristo es quien niega a Jesucristo como Mesías, Hijo de Dios, fuera del que no hay salvación posible, proclamando una salvación diferente. La tentación de «ser como Dioses» originó la separación del hombre de Dios, como leeemos en el Génesis, y desde siempre, el maligno busca alejar primero al hombre de Dios para, a continuación, ponerlo en contra de Dios.

Apocalipsis 13:5-8: “También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de Su nombre, de Su tabernáculo, y de los que moran en el cielo. Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo”.

La Agenda 2030 es, sin duda, la Religión del Anticristo. Un documento que pretende la prosperidad del hombre sin Dios, creado por un organismo que lleva propagando la secularización de las sociedades desde hace décadas y que en Países como España, por ejemplo, libra una gran batalla por eliminar cualquier signo de la esfera pública, fundamentalmente la cruz.

Una religión que ha encontrado a su «nuevo dios», la madre tierra, a quien servir, y en pro cuya preservación dejamos de tener hijos, matamos a los que vienen con defectos, nos deshacemos de los menos útiles para la sociedad (ancianos, grandes discapacitados y enfermos terminales) y por quien pagaremos lo que nos pidan por sus recursos naturales (combustibles, energía (luz) y, próximamente, agua…).

Una religión que enseña a las personas que solo podrán ser felices «autodeterminando» su género y que para los casos en los que no sea posible alcanzar una felicidad plena, siempre habrá un fármaco disponible para disipar los temores que semejante frustración de produzca (una especie de soma cuyo origen viene en la paroxetina).

Una religión que ha eliminado a Dios de la sociedad y que, además, persigue y proscribe a todos aquellos que se atrevan a plantear medidas sociales, económicas o políticas basadas en la Doctrina Divina, so pena de «cancelación» pública.

En resumen: La agenda 2030 es la religión del anticristo.

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