Bajo el falaz escudo de las leyes de memoria histórica (y dentro de poco, la nueva Ley de Memoria Democrática), la masonería española, a través de los partidos de ultra-izquierda, comunistas e independentistas, prosigue con su plan de derribo de símbolos religiosos cristianos en España.
Son ya decenas las cruces retiradas del espacio público, algunas de ellas partes de conjuntos monumentales y arquitectónicos, pero el odio de la izquierda a nuestros símbolos religiosos les lleva a pisotear, una y otra vez, el derecho a la libertad religiosa en España.

Como podemos leer en LA GACETA, en las próximas horas comenzarán una nueva retirada y derribo, esta vez en Castellón, dónde el Ayuntamiento de Castellón -gobernado por los socialistas, Compromís y Podemos- ha dado inicio a los trabajos previos para el derribo de la Cruz del Parque Ribalta, entorno que ya ha quedado perimetrado, en virtud de la ley de Memoria Histórica.
Por cada cruz que derriben, volveremos a levantar 10, 100 o 1000, no les quepa la menor duda, incluso si finalmente, como parece, se atreven con la Cruz del Valle de los Caídos, no podrán nunca entender que aquella lucha en la que llevan 2.000 años, la perdieron justo hace 2.000 años cuando nuestro Señor fue levantado sobre la Cruz y resucitó, destruyendo el poder de la muerte a la que ellos representan con sus actos.