Es curioso ver como las mentiras oficiales pueden llegar a calar entre la población. En pleno año 2022, si preguntas a un ciudadano cualquiera, que colectivo es el mas vulnerable y más atacado socialmente, la mayoría seguirá respondiendo que el colectivo LGTBI y lo que muchos han venido a denominar como homofobia.
Y nada más lejos de la realidad. Como podemos leer en ACIPRENSA, según los datos del Observatorio para la Libertad Religiosa y de conciencia, sólo en la Semana Santa de 2022 se han contabilizado casi 20 ataques a la libertad religiosa en España, en concreto, contra la Iglesia Católica.
Pero claro, para nuestro Gobierno de España, social-comunista de pro, los cristianos somos «acosadores» en potencia cuando, rosario en mano, rezamos frente a las clínicas abortistas por los asesinatos que se cometen a diario y ofrecemos ayuda a las mujeres, bien para no abortar cuando no quieren o bien para apoyarlas con el síndrome post aborto ante la ausencia total de asistencia pública.
La persecución es nuestro signo elemental y no vamos a repudiarla, pero consideramos muy importante, en la era de la desinformación en la que vivimos, que la sociedad entienda que este caldo de cultivo violento contra las religiones y, muy en concreto, contra la religión católica, tendrá sus consecuencias.
Y todo ello, claro, sin hablar del «gran ataque»: La vergonzosa campaña anti-católica desatada por el Gobierno de España a cuenta de los abusos a menores, que supone iniciar una investigación SOLO en favor de las víctimas de abusos por parte de la Iglesia, que suponen un 0,2% del total de casos. El 99,8% restante, al parecer, o no importan o, el tener imputados a políticos, como en los casos de redes de prostitución de menores de centros de acogida públicos, se tapan a base de cortinas de humo donde el chivo expiatorio es, de nuevo, la Iglesia Católica.