Se dispara un 30% la violencia sexual entre menores de edad.

Llevamos años advirtiendo de las terribles consecuencias sociales del incremento del consumo de pornografía on line. Algo que venía produciéndose de forma desmesurada antes de la pandemia y que, con los confinamientos y las campañas de gratuidad de los principales portales pornográficos, no ha hecho mas que acentuarse.

Ya en 2019, la propia Fiscalía General del Estado advertía de este fenómeno, como demuestra y recoge nuestro estudio publicado el año pasado. De momento, se han publicado los datos del INE sobre Violencia de Género en 2021 en España pero estamos seguros que, cuando se publique la memoria de la Fiscalía General (en la que se analiza la tipología de estos delitos), la gran mayoría, como hasta ahora, estarán relacionados con delitos de índole sexual (acoso, abuso… etc).

Además, cabe destacar que incluso en el acuerdo de Gobierno entre PSOE y UNIDAS PODEMOS, el quinto punto incluía medidas para restringir el acceso a contenido pornográfico on line a los menores de edad pero, a día de hoy y tras 3 años, ni la más mínima noticia del cumplimiento de esta propuesta.

En EL ESPAÑOL podemos leer todos los datos, destacando un crecimiento de un casi 30% de los delitos de violencia de género entre los menores de 18 años y el incremento imparable de estos delitos en los jóvenes de hasta 35 años.

La pornografía on line actual es una escuela de violencia contra las mujeres. Y estos son sus frutos.

Unos jóvenes que, volvemos a recordar, tienen acceso permanente y gratuito a unos contenidos con una sexualidad cada vez más violenta, misógina, brutalmente violenta contra la mujer, donde «no» significa «haz conmigo lo que quieras». Donde los portales pornográficos no tienen problema en alojar videos con títulos como «abusada» o «violada» (de hecho son los que mayores búsquedas generan).

Y todo esto, por supuesto, sin restricción alguna para los menores, pues los estudios recientes de prestigiosas universidades españolas indican que la edad media de inicio del consumo ha bajado a los 8 años. Si un niño con 8 años está durante 4 ó 5 años consumiendo videos donde lo más «bonito» que va a ver es a un hombre sometiendo a una mujer mientras le dice «a que esto te pone cachonda, guarra», ¿Qué esperamos que haga luego con 14 ó 15 años, cuando vaya a mantener sus primeras relaciones?.

Y lo peor es que, en el otro lado de la moneda, las chicas se están convirtiendo igualmente en grandes consumidoras, asumiendo igualmente que este tipo de conductas deben ser «normales y placenteras», por lo que no tienen capacidad de defenderse hasta que ya es demasiado tarde y han entrado en una rueda de violencia terrible en sus primeras relaciones, donde asumen que la violencia verbal e incluso física, al inicio, es «normal».

Debemos hacer algo, y debemos hacerlo ya, si no queremos que los efectos sigan creciendo y destrozando vidas en nuestra sociedad.

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