Santos, Inocentes y Abortados.

¿Hay algún inocente más santo que un pequeño bebé abortado? Entre todos los sufrimientos que el hombre, dentro de su libertad, ha llegado a generar, es difícil concebir una barbaridad mayor; o quizás, si… RECONOCER EL ASESINATO DE UN NO NACIDO COMO UN DERECHO.

Y es que el Demonio siempre ha tenido claro que para ejercer el poder en este mundo, debía hacerlo desde las estructuras políticas y los movimientos sociales, pues es ahí donde existe un campo de batalla perfecto, alimentado por los sentimientos, en el que poder incluso hacer que las familias se dividan y luchen entre sí.

Santos, inocentes y abortados… más de 90.000 cada año solo en España.

Lo hizo con Herodes hace más de 2000 años en una siniestra noche en la que la sangre de los inocentes fué cruelmente derramada. Lo ha seguido haciendo a lo largo de toda la historia mediante centenares de guerras, revueltas civiles y miles de noches oscuras, pero lo de hoy en día es mucho más peligroso y más grave.

Ahora el enemigo, el padre de la mentira, se ha disfrazado de «político» para, utilizando las armas de los sistemas democráticos modernos, exigir que sus atrocidades sean reconocidas como «derechos», y lo está consiguiendo, gracias al absurdo buenísimo imperante y a la falsa tolerancia hipócrita cuya fuente elemental de decisión es el individualismo.

Frente a una sociedad incapaz de discernir y velar por el bien común, sin conciencia de sociedad y descohesionada, es muy fácil implantar toda esta batería de aberraciones como el aborto, la ideología de género, la eutanasia pues la verdad es que vivimos en un tiempo en el que cada cual está preocupado única y exclusivamente de lo suyo y mientras piense (eso si que es ser inocente) que a ellos nunca les tocará, no le importa que se pongan en marcha medidas que implantan en nuestra sociedad la «incultura de la muerte».

Es tiempo de rezar, pero también de actuar y volver a hacernos ver. Otro de los grandes logros políticos y sociales del maligno ha sido relegar a los cristianos a sus catacumbas sociales, a sus grupos y parroquias, y barrerlos de la calle y de la vida pública. Con tiempo y gran inteligencia ha conseguido ocultar la lampara bajo el celemín, y eliminar la luz de cristo de la sociedad, hasta el punto de que, seguramente, mas del 95% de personas piensen que hoy es el día internacional de las bromas, en lugar del día internacional de los que sufren sin un motivo, sin haber hecho nada, del sufrimiento de los inocentes.

El hombre es un animal racional y eso le permite utilizar su razón para eludir las responsabilidades de su libertad. Por eso son célebres frases como la del filósofo Sartre: “Ay de aquel a quien el dedo de Dios aplaste contra la pared”; o Nietzsche: “Si Dios existe y no ayuda a los que sufren, es un monstruo, y, si no puede ayudarles, no es Dios, no existe” . Hipocresía en estado puro, pues no es el dedo de Dios el que aplasta, sino el del hombre y no es que Dios no pueda ayudarles, es que las personas puestas por Dios para hacerlo, han preferido mirar para otro lado y concentrarse en si mismas…

Estos mismos planteamientos usarán seguramente las mas de 90.000 personas que abortaron en 2018 en España, culpando de ello al Estado, la Economía, al Gobierno o incluso a Dios, antes que asumir su responsabilidad por no dejar nacer una nueva vida.

Asociación Cristianos en Democracia.

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