El Congreso de los Diputados dará luz verde el 20 de mayo a la Ley de Ley Orgánica de Protección Integral de la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia o Ley Rhodes. O, lo que es lo mismo, desde este día, los padres somos culpables hasta que se demuestre lo contrario por cortesía de una norma que, además, eleva la ideología de género a los altares.
Desde hoy, una norma necesaria para garantizar la seguridad y la protección de los menores se convierte en una camisa de fuerza, unos grilletes, para los primeros interesados y garantes del bienestar de los pequeños: sus padres. A partir de la publicación en el BOE del articulado, los padres deberán demostrar su inocencia y muchos de sus derechos fundamentales quedan en el limbo.
La norma cumple con los estándares de las leyes creadas bajo el prisma del nuevo orden mundial, como el aborto, las leyes LGTBI o trans, la eutanasia… Se presentan ante la sociedad casos extremos, de gran impacto, y se legisla a partir de ese caso concreto y especial para toda la población. En este caso, a partir de padres maltratadores -que son una minoría- se ponen las figuras de padre y madre en cuarentena.
Patria potestad en cuarentena
Con la aplicación de esta ley se entrega el poder a los servicios sociales, por encima de padres e incluso de la Justicia. Suy aplicación, en lugar de la adelantar la protección de los menores, alarga los tiempos de incertidumbre. Si la Justicia falla -y ocurrirá a menudo- que la patria potestad ha sido retirada o limitada injustamente, ¿quién devuelve la estabilidad a esa familia?
De momento, y antes de aprobarse, el Gobierno, especialmente Podemos está mostrando el verdadero fin de esta norma: criminalizar a los padres, a la Iglesia... a todos los que no entran en su proyecto sectario de sociedad y que pueden servir de contrapoder al Estado.
Políticos irresponsables atrapados por el márketing
Por desgracia, nuestros representantes políticos, atrapados por la imagen y el márketing político, en lugar de cuestionar y enmendar, se apresuran a cerrar filas antes el miedo a ser linchados mediáticamente. Tan sólo VOX se mantiebe firme en el rechazo de la ley, con lo que el resto de partidos que dicen «defender» la familia están dejando su defensa como algo de «ultraderecha», facilitando el apoyo popular a una norma letal para la familia.
La defensa de los valores debería estar por encima de votos y encuestas. Defender a la familia no es de ‘ultraderecha’. Ni siquiera de derechas a secas. Mejorar la ley para proteger a la infancia DESDE la familia, y no contra ella, es buscar realmente lo mejor para el menor, puesto que es el entorno familiar el ideal para el crecimiénto armónico de los pequeños.