El odio a la mujer, el odio a la vida.

Vivimos en un mundo realmente curioso. El primer Gobierno de España que en los últimos 50 años se ha atrevido a plantear, aunque sea a efectos simbólicos, el reto demográfico al que se enfrenta España (que, hasta hace bien poco, eso de fomentar la natalidad parecía propio solo de regímenes «fascistas del pasado), es el Gobierno que mas medidas plantea tomar contra las mujeres y contra la natalidad.

A estas alturas deberíamos tener ya todos bien claro que la izquierda radical odia a la mujer, y todo lo que representa. Por ello, llevan décadas luchando por re-definir el concepto de mujer, haciendo todo lo posible por «igualar» a las mujeres y los hombres (algo muy distinto a luchar por la dignidad y la igualdad de derechos de las mujeres que siempre hemos apoyado y siempre apoyaremos). Este proceso de transformación social de la mujer tiene un fin concreto: Destruir a la mujer. Pero, ¿Porqué?

Este proceso de transformación social de la mujer tiene un fin concreto: Destruir a la mujer.
Este proceso de transformación social de la mujer tiene un fin concreto: Destruir a la mujer.

La izquierda radical está preparando su AKELARRE satánico contra la mujer en que ha convertido el 8M. Un día para ensalzar el mal llamado derecho al aborto, pues no existe el derecho a matar a un ser vivo. Un día para ensalzar a todas las mujeres capaces de sacrificar una vida por aquello que le han inoculado desde pequeña que necesita para «realizarse»: Dinero, autonomía, trabajo… «empoderarse». Un día en el que, por supuesto, aquellas mujeres que han optado por buscar su felicidad en el cuidado de su prole y su familia no tienen cabida, pues son consideradas «restos cavernarios del patriarcado fascista». Un día hecho para la confusión y el odio, pues celebran como «trabajadoras» a las asalariadas, denostando así el trabajo mas importante que para cualquier sociedad, millones de mujeres desempeñan y han desempeñado en España: El de ama de casa.

Para este akelarre llevan semana soltando sus bombas retardadas, como la reducción del complemento por maternidad aprobada esta semana por el parlamento de España, la Ley Trans, que casualmente tiene en el colectivo feminista, el de verdad y no el del akelarre, a sus mayores detractores o la reforma de la Ley del Aborto que ya tiene preparada la insigne Ministra de Igualdad, Irene Montero, para robarnos la patria potestad de nuestras hijas y fomentar que puedan asesinar a los no nacidos desde los 16 años sin consentimiento paterno.

¿Por qué odia tanto la izquierda radical a la mujer? ¿Por qué quiere eliminar de la «Mujer moderna» todo lo que hay de bello, de amable, de sensible y de humano en ella? ¿Cuál es el interés de convertir a nuestras hijas en seres promiscuos a quienes, desde su mas tierna infancia, pretenden prostituir, lanzándolas a una vida de sexualidad desmedida y promiscuidad que lo único que ha traído a nuestra sociedad en los últimos 20 años es el incremento desmedido del asesinato de no nacidos y la multiplicación exponencial de las enfermedades de transmisión sexual y los índices de suicidio juvenil, por no hablar de que más de 60% de estas «mujeres modernas» necesitan de ansiolíticos y anti-depresivos para sobrellevar su día a día?

La respuesta la encontramos en las lecturas con las que hemos entrado en este tipo de cuaresma:

Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales (Ef 6,2).

Sánchez, Iglesias, Montero… no son más que títeres engañados al servicio del mal. Y es el maligno el que sabe perfectamente que para destruir a la sociedad, necesita destruir a la familia, y que para acabar con la familia, necesita destruir a la mujer y erradicar su principal instinto, su primer «hecho biológico diferencial», su esencia: LA MATERNIDAD. Solo destruyendo la maternidad y las aspiraciones de formar una familia conseguirá implantar este nuevo modelo de mujer empoderada del siglo XXI» que, no olvidemos, viene fomentado, planificado y financiado por el Nuevo Orden Mundial a través de organismos como la ONU, que son los principales difusores de la cultura de la muerte. ¿Es este el modelo de mujer que queremos para nuestras sociedades?

Resultado de imagen de manifestantes feministas denudas

Como ha captado esta semana el genial Jucho, asiduo colaborador que con su arte y sus viñetas, nos presenta un panorama dominado por nubarrones amenazantes, fieras dispuestas a devorar no solo al hijo que crece, también a la madre (no hay mujer que haya abortado que no haya salido herida profundamente en su alma). Pero tranquilos: tras la mujer, que vestida de verde simboliza la esperanza, brilla una tranquila luz. Y al final, la victoria será nuestra, la victoria de la Iglesia, de la fe. Jesucristo ya ha vencido, lo hizo una vez hace más de 2.000 años y nos llama a hacer presente en al sociedad, cada día, su victoria, la victoria del amor sobre el odio, la victoria de la belleza sobre el mal.

Daniel Fernández Venegas

Presidente – Asociación Cristianos en Democracia.

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