Eugenesia en España: La era de la Pseudociencia.

El origen de la Eugenesia.

¿Cómo puede un ciudadano medio «normal» alarmarse por los crímenes del nazismo, amparados en la ley para la prevención de la descendencia con enfermedades hereditarias con la que más de 400.000 personas que padecían trastornos mentales o neurológicos, ceguera, sordera, malformaciones o alcoholismo fueron esterilizadas, y no hacerlo ante los casi 100.000 abortos anuales que se provocan en España?

¿Pero, de dónde pudo sacar Adolf Hitler estas macabras ideas? ¡Oh, sorpresa! Resulta que EEUU fue pionero en la puesta en marcha de leyes eugenésicas, según las propuestas «pseudocientíficas» de polímata británico Francis Galton que en 1883, acuñaba el término eugenesia para designar las prácticas encaminadas a aumentar la calidad genética de la especie humana.

Galton pretendió basarse en las teorías de su pariente, Charles Darwin, y sus teorías fueron rápidamente acogidas por los «progresistas» y la izquierda británica y estadounidense; tan rápido que en 1914, en Estados Unidos, 12 estados ya disponían de leyes de esterilización obligatoria que afectaban a “enfermos mentales, personas discapacitadas física o mentalmente, criminales, agresores sexuales y en ocasiones a los homosexuales”. 

Prominentes políticos como Theodore Roosevelt o Winston Churchill fueron también defensores de esta causa. “El movimiento eugenésico fue sobre todo aceptado por la clase media e intelectuales para mejorar la salud y la vitalidad de la nación y su pueblo”, explica a OpenMind la profesora emérita de la Universidad de Indiana (EEUU) Ruth Clifford Engs, autora de The Eugenics Movement: An Encyclopedia.

Tal fue su auge que se llevaron a cabo varios Congresos Internacionales en 1912 (Londres), 1921 (Nueva York) y 1932 (Nueva York). El Primer Congreso Internacional de Eugenesia tuvo lugar en Londres, del 24 al 29 de julio de 1912.

Retomemos pues el planteamiento inicial. ¿Cómo puede un ciudadano medio «normal» entonces, alarmarse por los crímenes del nacismo, y no hacerlo ante la aprobación de la Ley de la Eutanasia en España, que propone acabar con enfermos terminales, enfermos incurables y grandes inválidos, en lugar de fomentar la investigación clínica para la mejora de la lucha contra esas enfermedades y los cuidados paliativos?

El triunfo de la Pseudociencia. Su conversión en Ley.

Y es que no hay nada como la verdad y la historia para comprender los tiempos que vivimos. La Eugenesia vivió su «edad dorada» entre 1920 y 1950: Se celebraban concursos donde se premiaba a las “familias más aptas”; la eugenesia triunfaba en las ferias, donde se exhibían carteles con lemas como “algunas personas nacen para ser una carga para los demás”. Fue especialmente destacado el caso de California.

El régimen nazi se inspiró en la experiencia californiana y en la ley de Laughlin para redactar su norma de 1933, que a su vez fue elogiada por notables eugenistas estadounidenses. “EEUU y la Alemania nazi practicaron el mayor número de esterilizaciones”, dice Engs. En EEUU se calcula que se esterilizó a unas 60.000 personas. Sin embargo nadie habla de EEUU como un país criminal en sus leyes no solo de eugenesia, sino de esclavitud hasta casi el Siglo XX o de segregación racial, hasta casi llegar al Siglo XXI, pues los negros eran aún gravemente discriminados en la América de 1970.

Afortunadamente, fue su asociación con el régimen nazi lo que acabó destronando a la eugenesia en EEUU y en el resto de países que se suelen autodenominar como «avanzados» o «del primer mundo».

Hoy vivimos de nuevo el triunfo de la pseudociencia y su conversión en Ley. Lo estamos viviendo en primicia en España y llevamos ya un par de décadas constatándolo:

Fué la Ministra Aido la que estableció que en el vientre de una mujer hay un «ser», pero «no necesariamente humano»… a partir de ahí, el Gobierno Zapatero justifica y consolida el Aborto como un Derecho, pues según la pseudociencia, no se mata a un ser humano, sino simplemente a un «ser».

Ha sido la Ministra Montero la que ha establecido que «todas, todos y todes» tienen derecho a la construcción de su género, desterrando con la pseudociencia de la ideología de género, siglos de estudios de biología y, más recientemente, décadas de estudios genéticos. A partir de ahí, está justificada la manipulación ideológica de nuestros hijos.

Y ha sido la Ministra Carcedo la que ha convencido a los españoles que lo mejor que le puede pasar a alguien que sufre por los achaques de su edad, de su enfermedad o de sus limitaciones físicas o intelectuales es que lo maten, en contra de los dictámenes de todos los comités científicos, deontológicos y bioéticos. A partir de ahí, se legaliza el homicidio y la profesión médica puede perder su razón de ser: curar y/o aliviar, en lugar de matar.

Y como en todos los casos se han convertido en Leyes, parece como si ya no admitiera discusión alguna. Los ciudadanos españoles han optado por comportarse con estas leyes basadas en la Pseudociencia como los ciudadanos alemanes del régimen nazi, dando por bueno todo aquello que alcanza rango de Ley.

Además, tristemente, como llegamos siempre tarde a cualquier revolución cultural, parece como si estuviéramos obligados a acelerarlas para ponernos rápidamente al mismo nivel que el resto de países. Lo hemos visto con el Aborto, donde en España es el país de Europa donde mas no nacidos se asesinan legalmente al año y, seguramente, lo veamos pronto con la Eutanasia.

Pero no deben olvidar que al igual que la historia ha juzgado a estos ciudadanos alemanes, impasibles y colaboradores de uno de los regímenes mas sanguinarios de la historia, todos seremos juzgados, por la historia, y por Dios. Y no hay peor juicio que acabar teniendo a una hija destrozada, sumida en una depresión post – aborto, a un hijo sufriendo por la irreversibilidad de su cambio de género o a ambos, decidiendo que ha llegado la hora de que «dejes de sufrir» y encargando tu muerte al Estado.

Daniel Fernández