comunismo
La Cruz no es un símbolo político. Basta ya de atacar la libertad religiosa.
No se diferencian en nada de Franco o Hitler. Ellos también perseguían a quien quería escudados en leyes. Ellos también asesinaron selectivamente, justificados en normas legales, como nuestros Gobiernos «modernos y democráticos» hacen con los 100.000 abortos de cada año o pretenden hace ahora con ancianos, dementes y enfermos terminales con la Eutanasia.
¿Quién controla a los «censores sociales»?
El éxito de una campaña así, de forma tan contundente, hubiera sido bastante más difícil hace no demasiado tiempo, lo que indica dos cosas: que la gente está bastante sensibilizada con el comportamiento totalitario de las grandes compañías tecnológicas y que también están agradecidos por la presencia de sacerdotes que hablan con claridad desde la fe de la Iglesia.
El populismo comunista se asienta en España.
Podemos ha conseguido lo que quería en tan solo un año: convertir las bases de convivencia en un conflicto de trinchera, en una España con dos bandos: constitucionalistas y rupturistas. Los primeros son los «reaccionarios», y los segundos, los «progresistas». El PSOE es responsable de esta deriva autoritaria al pactar un Gobierno con el comunismo populista y preferir de aliados a los que repudian la España constitucional.